Recuerdo a mi querido Carlos Goñi, líder y alma del grupo Revólver, y una respuesta digna de ser reflexionada: “No confundamos la opinión con el criterio”. Goñi ama el fútbol, la música y la creatividad, es una fábrica de letras y músicas, de sueños a diferentes ritmos.

La Selección Española nos ha permitido establecer un criterio y diferentes opiniones. Apostar por esta generación de fabricantes de sueños no resulta difícil y sujetar nuestras opiniones sobre su calidad y estética parece cosa sencilla.

Hace una semana, manifesté mi confianza en el fútbol de la Selección y, con ello, en el triunfo de España en París. Debo decir que, aún inmerso en una columna de opinión, tan sólo se trataba de poner de relieve un criterio, un pensamiento, una idea, una estructura de experiencias y de fe en el trabajo de un equipo nacional que merece ser seguido y apreciado. Podemos opinar y afirmar que “España va a ganar”. Sin embargo, París era cuestión de criterio, de llegar a una idea de futuro basada en el análisis de los antecedentes; de pensar que quien suele jugar bien se sitúa más cerca de la victoria, que quien juega bien, gana, por regla general. Ese es un  criterio. No ganaremos siempre, está claro, pero ponemos los medios para ganar.

La España delbosquiana ha trazado una filosofía mediante   una tarea que responde a su pensamiento. Sobre ese criterio, edifiqué la confianza en aquellos “pieles rojas” que vencieron en París como quien disfruta de una canción de Carlos Goñi, quizá sea “Ten fe en mí”. Estaba convencido de que ganarían porque no suelen fallar.