Hace ya mucho tiempo que triunfó en el fútbol. Lo hizo en el Deportivo, en el Liverpool y en el Real Madrid. Ahora, además, es titular indiscutible en la Selección Española y ha conquistado la Copa del Mundo y la Eurocopa, así como los títulos de su actual club. Álvaro Arbeloa se ha ganado a pulso su situación y presencia en el fútbol mundial y está considerado como uno de los mejores en su puesto.
Para lo bueno y para lo menos bueno, este espartano de película no ha querido llevar sobre sus espaldas la fama que otros lucen pero su rendimiento tiene asombrado al fútbol de todos los lugares. Su sentido de la disciplina táctica, su técnica suficiente para estar en la élite y sobresaliente para un lateral derecho, su esfuerzo físico, su valiosísima colocación y un extraordinario sentido de la anticipación así como una preparación y dureza psicológica a prueba de bombas han hecho de él un futbolista joven, de alta participación y querido por todos.
Sentí pena cuando lo vi emigrar y una enorme alegría cuando me enteré de su regreso. Un canterano que sabe bien lo que cuesta ser profeta en su tierra. Todos los entrenadores que lo han tenido a sus órdenes le han dado su confianza, la misma que se ha ganado con su trabajo en los entrenamientos y sus lucidas actuaciones en las competiciones.
Se habla poco de él cuando está pero se le echa mucho de menos cuando no está. Me alegro de su éxito, merecido, trabajado, sufrido, que ahora se vuelve alegría. Tuitero hiperactivo, simpático y optimista. Lo tiene todo. Démosle su sitio.