El próximo fin de semana comienzan, un año más, los Mundiales de Motociclismo, un periplo que nos llevará de Losail a Valencia a lo largo de siete meses con dieciocho paradas programadas; un año más con la ilusión de que nuestros pilotos consigan hacerse con los tres títulos en juego y un año más con la esperanza de que la igualdad técnica y la ausencia de percances físicos nos permitan disfrutar de muchos “cuatro en línea” en la penúltima curva.
En Moto3 se presenta una temporada con claro color español; tras el ascenso de categoría Sandro Cortese y Danny Kent, primero y cuarto el curso pasado, Luis Salom, Maverick Viñales, Alex Rins y Efrén Vázquez deberán luchar por estar en lo más alto del podio, teniendo como principales rivales a Jonas Folger, el malayo Z. Khairuddin y el italiano Romano Fenati; de este grupo de favoritos el que más dudas suscita, por el rendimiento de su nueva moto y por su vehemente carácter, es Maverick, en un año crucial para su futuro como piloto de elite. Esperemos que Alex Márquez, Juan Francisco Guevara e Isaac Viñales sigan creciendo y que Ana Carrasco tenga un buen debut en la categoría.
La nómina de candidatos a alzarse con el triunfo final en Moto2 es mucho más amplia de lo que pudiera parecer en un principio. Tras las subidas de Márquez y Iannone, Pol Espargaró y Thomas Luthi deberían ser los gallos de la cilindrada, pero el número de incógnitas a despejar supera cualquier vaticinio racional: Toni Elías, Tito Rabat, Nico Terol por parte hispana, Scott Redding, Mika Kallio y Dominique Aegerter por la foránea son muy buenos pilotos y, a poco que sus monturas respondan, se lo pondrán difícil al dúo de favoritos.
Aunque históricamente se nos había resistido hasta aquel campeonato de Alex Crivillé, la sensación que tenemos actualmente en MotoGP es la de estar un año sí y el otro también en la pomada. Es inevitable pensar en los pilotos oficiales de Honda y Yamaha como los máximos aspirantes al título, pese a las dudas acerca del estado físico y, por qué no decirlo, mental de Valentino Rossi y de la adaptación de Marc Márquez a la nueva cilindrada, adaptación que no dudo sea rápida. A un paso de distancia de este póker espero bastante de Dovicioso con Ducati y de Álvaro Bautista con la “semioficial” Honda Gresini.
Cuando haya entrado hasta la médula el otoño en el hemisferio norte nos bajaremos de las dos ruedas, pero hasta ese diez de noviembre en Valencia gocemos del viaje.