8 Ago, 2004

El alma de españa es pàta negra

Habla poco y pocas veces. Calla mucho más de lo que dice y se sabe seguro en la intimidad de sus silencios. El sábado miró al cielo mientras sonaba el himno nacional de España. Llamó la atención su gesto duro, serio, recio, su mirada profunda al azul del Algarbe. Lo hace siempre. El otro día, además, fomentó la unidad del equipo con una imagen que muchas veces he envidiado en otras selecciones. Cuando los vi a todos enlazando sus brazos sobre los hombros de los compañeros, no sé si acertada o equivocadamente, sentí que el equipo jugaba unido, que, por fin, teníamos un equipo con un interés común dispuesto a demostrarlo ante todos. Tuve la impresión de que, de una vez, la selección estaba representando a un país, a un pueblo que animaba detrás, tanto en las gradas de Faro como en sus casas o en los bares de cada recóndito paisaje nacional. Hemos contemplado otros equipos que se llevan la mano al corazón, otros se cogen los dedos… España siempre iba a su aire. Raúl es el alma, el nexo anímico del equipo y eso no es obstáculo para que nos parezca si juega mejor o peor. Dicen que Raúl está bajo de forma, que está tocado físicamente… A mi juicio, solo tiene un problema: que no marca goles como lo hacía antes y que, ahora, le han salido Torres y Valerón que la lían en cada baldosa del campo. Sin Raúl, no habría conciencia de equipo globalizado. Por eso, que se abracen y miren al cielo sólo prologa la realidad de quienes luchan por algo grande, suyo y nuestro. Yo cuento con el 7 rojo, con ‘Pata Negra’. En ese 7 estamos todos. Cuando marque un gol… será otra vez el de siempre. El chico más humilde.