9 May, 2013

Jupp Heynckes

Leo con atención que varios clubes españoles contemplan su nombre para la próxima temporada. Tuve el privilegio de tratarlo cuando entrenaba al Real Madrid, en 1997. La prensa y el alemán nunca se llevaron bien. Los periodistas, en general, repetían las opiniones despreciativas que salían del club y fue maltratado por no alinear a quien querían ver desde el palco. Jupp heredó la escuadra que dejó, también maltratado y por las mismas razones, Fabio Capello, que conquistó la liga y lo despidieron. Ambos trabajaron con una  constelación de estrellas apodada la “Quinta del Ferrari”.zber110-128-2012-000000-high-jpg

Tras ganar la Copa de Europa en el Arena de Ámsterdam, “la Séptima”, después de treinta y dos años de ayuno y abstinencia madridista, Jupp concedió una única entrevista personal a un medio de comunicación. Radio Voz tuvo el honor de merecerla y, quien esto firma, el placer de realizarla. Si me había convencido mientras le llovían las críticas, aquella noche me cautivó. Sólo pidió que hiciéramos el programa, “Juego Limpio”, en el restaurante donde cenaba cada noche, el Asador de Roa. Y allí desgranó toda su sinceridad y, lo que es lo mismo, su enorme sabiduría. Heynckes fue grande como futbolista y como entrenador. Además, este alemán del que se han reído algunos cretinos, acreditó siempre una virtud que escasea, la caballerosidad. Radio Voz vivió una conversación espectacular. De lujo. Al día siguiente, Lorenzo Sanz lo echó.  

Ignoro si ganará la Champions pero su obra en Munich ha enmudecido a toda Europa. Su Bayern congeló Barcelona y antes había dejado el hielo en Turín y otros estadios. Es inteligente, acaba de cumplir sesenta y ocho años, ha cuajado la experiencia total. Todo ello, unido a sus virtudes antes citadas, hacen que sienta una gran alegría por sus éxitos. Supone un ejemplo para el fútbol de todo el mundo y me gustaría que se retirase en España, que dejase aquí sus últimas lecciones, aunque no sé si esas cualidades están de moda por estos pagos, en especial, la educación y el respeto.