La telenovela de Antena 3 habatido todos los récords. Sin embargo, pocos saben que la verdadera pasión de los gavilanes es el fútbol. Hace unos días, tuve ocasión de reunirme con ellos en el Mesón Txistu de Madrid, uno de los centros de obligada referencia en el fútbol de la capital. Michel Brown y Luis Alfonso Baptista, Gato, me recrearon sus recuerdos de infancia y adolescencia pegados a una pelota. En el caso de Michel, el popular Franco Reyes, su adicción al fútbol nació con la camiseta de River Plate. “Yo creo que el River es el Real Madrid de Argentina”. Más tarde se confesó madridista desde la lejanía y me contó la ilusión que le haría asistir a un partido conmigo en el Bernabéu.

Gato fue portero, aunque pocos los saben, de la Selección de Venezuela hasta los veinte años. Tuvo una experiencia reciente acompañando a Carlos Bucero, socio de Zoran Veckic, en la entrada al estadio: lo tuvo que sacar la policía tras organizarse una avalancha considerable para conseguir una foto con él. Les he prometido que la próxima semana los llevaré al Bernabéu a ver el partido del Madrid contra el Racing.

El fútbol une, acerca, se convierte en un código de comunicación y de conducta, en foro de debate, que no de disputa. Gente como Imanol Arias, actor de calidad superlativa, disfruta con una cena de fútbol y una buena botella de vino. Los gavilanes triunfan con la serie pero son felices con un buen partido de fútbol y una carne.

El miércoles, iremos todos juntos al estadio y luego los invitaré a cenar al Asador Donostiarra, donde el Madrid tenía mesa reservada para celebrar el Centenario que luego festejaron los muchachos del Deportivo. Eso se lo contaré a ellos al final. Será otra gran velada de fútbol. Por cierto, mi mujer dice que ella también viene. Ahora le gusta el fútbol. Nunca termina uno de conocerlas…