Huele a fútbol de verdad, se percibe el ambiente de las grandes noches, nos llegan los aromas de una Valencia que hipnotiza, con un campo lleno y un equipo arropado por todos. Me recuerda la noche de los grandes partidos, las noches de las proezas de la Selección y rezo con todas mis fuerzas para que así sea, para que España, la nuestra, “la Roja” se clasifique para jugar la fase final de la Eurocopa. Nuestra ilusión pasa por dos partidos, el de ida para ganar con un margen necesario y el de vuelta para no perder. España es superior a Noruega y debe demostrarlo sobre la hierba. A mí, personalmente, me gustaría que jugarán Joaquín y Reyes porque son dos flechas por las bandas, que lo hiciera Valerón en la cabeza de rombo y que jugáramos con dos puntas. Ya sé que Sáez no piensa igual, que prefiere a Puyol de lateral izquierdo, que a mí no me gusta porque prefiero un lateral zurdo de verdad, y que pondrá dos medios centros por delante de los centrales. También es verdad que al que van a pedir responsabilidades será a él y no a mí. España debe meterse en Portugal-2004 porque lo contrario nos dejaría huérfanos por primera vez desde 1992, aquel año en el quefuimos campeones olímpicos. Valen las excusas de los partidos contra Grecia o Irlanda del Norte porque los futbolistas estaban al final de la temporada y acusaron el cansancio de siempre: el sábado no será disculpa válida. Hay que dar la cara y partirse el pecho, hay que poner a la Selección a la altura de las mejores de Europa y demostrar que no somos favoritos sobre el papel sino que hay un equipo que no miente y que responde a la mejor liga del mundo. España lo espera todo de la Nacional, los aficionados no entenderían una eliminación y los cañones del rencor y la venganza están cargados para apuntar directamente a Villar y poner su cabeza en el punto de mira. El triunfo ante Noruega supone la tranquilidad para el fútbol español. En todos los órdenes de la vida.