30 Jun, 2005

Los Falsos Rumores

Los periodistas andan con hambre y eso resulta peligroso. En los últimos meses, algunas veces a la desesperada, los grandes diarios deportivos han anunciado a bombo y platillo los fichajes más importantes del mercado estival.

Acabo de contar las primicias de los megacracks que van a fichar esta temporada por el Real Madrid, según las Biblias del balón, y pasan de veinticinco nombres. Por supuesto, en alguno acertaran y más tarde presumirán de “como ya anunciamos en estas mismas páginas hace tres meses…”. Más tarde, nos replantearemos la credibilidad de estas informaciones que, salvo contadas excepciones, hacen que los lectores pierdan el crédito en algunos medios.

En el fútbol lo más espectacular debe ser el partido. El hecho de darle al pueblo nombres importantes para discutir en las barras de los bares no equivale a periodismo. Lo malo de esta epidemia de primicias reside en que los aficionados pueden vivir sin leer los periódicos porque, a menudo, se sienten engañados. En cuanto el último directivo pronuncia el apellido de un jugador, al día siguiente, goza de todas las portadas, se sacan biografías del aludido, se le encarama en la cima del fútbol mundial aunque sea un tuercebotas y el agente del futbolista empieza a frotarse las manos.

¿Debemos dejar de fiarnos de nosotros mismos? Una cosa es enterarse de que hay interés de un equipo por un jugador y otra bien diferente hacerle el caldo gordo a los que se forran a costa de encarecer los mercados a través de periódicos, emisoras y televisiones. En el caso del Madrid, que tiene dinero fresco, las opciones de fichar son mayores pero, en cambio, se habla de otros equipos que no pueden pagarse ni un corte de pelo. Conviene una mínima reflexión para no volver a engañar al lector con falsos fichajes.