En los últimos meses, se ha generado una indeseada situación de desconfianza entre Florentino Y Del Bosque. A éste le molestó que Valdano sondease otras opciones y al club le resultó ingrato que se buscase un representante para “defender el dinero de su familia”. Sólo el dialogo permitirá sostener la necesidad y la conveniencia de que ambas partes solventen sus diferencias y tanto Pérez como Del Bosque son dialogantes. Deben sentarse. He sido crítico en algunos aspectos con Vicente porque me parece trascendente que no conceda la importancia necesaria a la preparación física o a la organización defensiva del equipo. Es posible que me responda que a este equipo no se le puede entrenar de manera diferente y será lícito. Ahora bien, Vicente es, desde la modestia de mi pluma, el mejor entrenador que puede conducir al Real Madrid o, para ser más exacto, a este Real Madrid. Su marcha resultaría muy negativa para el club. Si hay una pequeña crisis matrimonial, puede buscarse el acuerdo a mitad de camino: un año de contrato y a ver qué pasa. Porque hacerle la cama desde dentro resultaría miserable. Y ya sabemos. La plantilla lo quiere y el lo merece. ¿Por qué llevar la contraria al sentido común? ¿Hay, acaso, otro mejor? Debe seguir. Y, por último, sería conveniente que las futuras negociaciones con David Beckham permitiesen al londinense viajar con el equipo a Asia, es decir, incorporarse al principio de la pretemporada, al efecto de recaudar unos buenos miles de euros que llenarían las arcas del Bernabéu. Al fin y al cabo, solo falta negociar el precio final y el intercambio de cromos. Vicente y David se llevarán bien. Del Bosque no es Ferguson, ¿verdad, Florentino?.