Laporta se ha puesto gallo y ha lanzado el guante a la cara de Florentino. Con las fechas del acuerdo con el camerunés, así como su deseo de vestirse de azul y grana, el Barça tensa la cuerda hasta un límite elevado. Llega el reto barcelonista en un momento habitual para el presidente madridista, estresado por el azul del cielo mallorquín y el no menos azul del agua mediterránea. Si ello fuera poco definitorio del tradicional veraneo florentiniano, y a falta de un jugoso Moratti o un no menos sabroso Agnelli que llevarse a la boca, estaba previsto que fuera Wenger y sus acólitos del Arsenal los que protagonizaran el veraneo a bordo del nuevo y flamante “Pitina”. La flema británica se queda escasa ante la que luce el ingeniero Pérez Rodríguez, y Laporta ha emergido buscando eficacia, protagonismo o encarecimiento del producto, tal vez las tres cosas a la vez. Buena jugada porque, si consigue a Etoo será ganador a los ojos de los suyos y el primero que le pone boca abajo el pulgar a Florentino. Si no lo consigue, subirá a 15 millones de euros el precio de Samuel para el Real Madrid. Será curioso observar entonces, desde la lejanía del horizonte, los movimientos de las fichas blancas sobre el tablero y el enroque de rey que deberá efectuar para salvar el jaque del Barça. Mientras que todo indica que el asunto de Vieira ha quedado resuelto, nos queda por saber si Joan Laporta, que no sabe cómo hincarle el diente al tiburón blanco, ha acertado esta vez, o por el contrario, sale con revolcón y cornada de su paso por Las Ventas (Baleares, por supuesto). Del resultado final de esta apuesta fuerte y meditada del presidente barcelonista, dependerá en buena parte el respeto que merezca a sus socios y al fútbol en general. Una curiosa respuesta que ardo en deseos de conocer.