8 Ago, 2004

Real Madrid del Siglo XXI

Basta leer los periódicos de hace cuatro años para darse cuenta de que en el Real Madrid han cambiado tantas cosas que tal parece hayan pasado doscientos lustros. De aquellos tiempos tan sólo se recuerdan los continuos escándalos, los pago de comisiones injustificadas, los fichajes de mediocres futbolistas como Balic o Congo, las operaciones financieras más rocambolescas, los viajes de los directivos a Sudamérica con recreos de placer inagotables, las bolsas de plástico de El Corte Inglés llenas de billetes rodando por la sala de juntas, las coacciones a empleados, los esfuerzos por meterle la palanqueta a la caja fuerte, la educación perdida, las presiones, las amenazas y el chantaje y la salida de dinero en efectivo sin firmar recibo alguno, para jugar timbas de póquer… El Real Madrid, hoy, es un club respetado en todo el mundo, del que sólo se habla para alabar sus planteamientos económicos, financieros y sociales, para envidiar a sus futbolistas- sin duda, los mejores del mundo-, para aplaudir la reconstrucción del Bernabéu sin molestar a los socios y abonados, el saneamiento de las cuentas ( siempre en miles de millones de rojos y, ahora, tan azules que dan miedo), y los títulos españoles, europeos e internacionales que han ido llegando a las vitrinas del estadio. Todo ello, claro, bajo la presidencia de honor de Alfredo Di Stéfano, gloria perdida que Florentino Pérez recuperó junto a los demás exfutbolistas. El Real Madrid del 2004 ofrece una visión futurista que antes jamás se imaginó. Los socios son escuchados, recibidos y obedecidos. Buena prueba es que Camacho accede al banquillo del que salió corriendo por la falta de seriedad que antes lo dirigía todo y los cracks del mundo entero suspiran por jugar en el Madrid mientras que antes soñaban con el Barcelona. Florentino Pérez no engaña, y cumple sus compromisos. Si todo va bien, y a mi juicio va muy bien, se merece el reconocimiento de los suyos. Cuando las cosas funcionan no hay por qué cambiar. Florentino ha hecho un club nuevo, que recuerda mucho a Santiago Bernabéu y esa es la Biblia de los madridistas. Lo demás son cuentos. Unos tienen alma y otros van desalmados.