Fernando Morientes constituye, sin duda, un equipaje muy útil para el Real Madrid y su función de complemento con Ronaldo o Raúl deben considerarse como méritos suficientes para evitar su salida. El Madrid cuenta con Ronaldo para jugar al contragolpe pero hay muchos partidos en los que el equipo juega con mayores problemas de espacio, contra defensas más numerosas que impiden la velocidad del brasileño. Morientes es un delantero a la antigua usanza, buen rematador, con disparo, quiebro, capacidad de desmarque y anticipación, es decir, un futbolista muy completo en su puesto y en su trabajo como goleador. Fue uno de los delanteros titulares de la Selección y jamás ha defraudado. A mi juicio, no solo no es incompatible con Ronaldo sino que lo complementa y lo ayuda. Si el problema es económico, es otra historia pero no se puede despreciar deportivamente a un jugador que se ha ganado su prestigio a base de batir las metas contrarias. A Del Bosque, o al que ocupe el banquillo, siempre le vendrá bien un “9” al que medio mundo desea en sus filas. “Máquina” sube su cotización por goles y minutos. (Lo eché de menos en Turín). La presencia de Morientes permite, además, la posibilidad de abrir el abanico táctico del equipo y sus opciones de ataque. Parecerá lógico, por ello, que el manchego-extremeño goce de bastantes más minutos en la temporada de lo que, erróneamente, ha venido recibiendo hasta la fecha. El precio en el mercado por un futbolista como él puede ser la única razón para el club medite su traspaso pero los sueldos que se ofrecen por ahí desilusionan a cualquier profesional. Es, junto con Diego Tristán, primero, y Urzáiz, después, el único delantero centro, entendido como tal, que campea por los estadios de España con pasaporte nacional. Yo no lo dudaría. Al contrario, lo mimaría.