“Los Cien Años de la Real Federación Española de Fútbol han servido para unir a todo el fútbol mundial y el partido España-Argentina se convierte en el marco insuperable de la expresión del fútbol en América y en Europa…”
Los Cien Años de la Real Federación Española de Fútbol han servido para unir a todo el fútbol mundial y el partido España-Argentina se convierte en el marco insuperable de la expresión del fútbol en América y en Europa. Los lazos que nos unen con la República Argentina siempre han de considerarse especiales y esa manida expresión de ‘país hermano’ cobra toda su naturaleza cuando se unen ambas tierras.
Argentina es fútbol en su esencia. Su fábrica de talentos y de portentos ha convertido a la ‘albiceleste’ en punto de referencia en todo el planeta, independientemente de sus dos Mundiales en tierras porteñas y aztecas. Desde los millones de papelitos que inundaron la cancha de River para saludar a Mario Alberto Kempes como ‘Matador’ hasta las filigranas del ‘Pelusa’ Diego Armando Maradona ante ingleses y alemanes en los territorios de México, sucedieron muchas cosas. También para los españoles los últimos decenios aportaron grandes virtudes, algunas de ellas comunes. Y, así, fútbol y democracia caminaron también de la mano para dos comunidades que lo estaban pidiendo a gritos. Nunca mejor dicho.
Argentina es una fábrica de futbolistas y también de dirigentes. Julio Grondona y Diego Armando Maradona son dos buenas muestras de ello, como lo son sus homólogos Ángel María Villar y Vicente del Bosque, y enmarcan todos ellos un balompié incrustado en el alma de la sociedad desde el primer sollozo de un niño. España no le ha ido a la zaga y ha sido, y es, además de maquinaría para crear excelentes jugadores y sobresalientes directivos, una tierra capaz de albergar a los muchos que han llegado desde la otra orilla del mar de Colón.
No nos engañarán los resultados de una fase de clasificación americana sudada con sangre ni nos hará caer en la autocomplacencia la felicidad de un pleno de diez victorias sobre diez posibles en la zona europea. Entre España y Argentina nunca hay favoritos. Ni los goles legendarios de Matías Prats ni los más recientes de Víctor Hugo rivalizarían tanto como lo harán ambas escuadras. Será un lujo, un dulce placer para los ojos, contemplar unidos en el césped a Mascherano, Gago, Agüero, Higuaín, Iker, Iniesta, Xavi, Villa, Silva o Cesc, por citar ejemplos relevantes.
Contamos con ‘La Roja’ a pleno funcionamiento, con el arte y la creatividad, con el toque y la distinción, con la seguridad y el orden, con la disciplina y la jerarquía, con la juventud y con la veteranía. España, hoy, representa el equilibrio. Y qué es la vida más que equilibrio…
Argentina, que siempre hizo gala de otra clase de furia, pero ‘furia’ al fin y al cabo, desde Bilardo o Rattin hasta el mismo Heinze, pasando por los héroes del 86 que hicieron coro al mejor 10 de la historia de Boca, se presenta con una colección de cromos ésta vez todos europeos.
Los Cien Años del RFEF no merecen una guerra por el siglo sino un motivo de fiesta, una alegría a la que se suman los grandes dignatarios del fútbol en torno a la mesa de España. Este siglo de Federación nos une con los cinco continentes a través de un idioma común que permite hablar a la vez a gentes de cualquier etnia, ideología o fe, de cualquier nivel intelectual o físico pues lo mismo juegan blancos, indios, rubios, negros, altos, guapos, bajos, feos, norteños o sureños, monárquicos o republicanos, en fin, hombres mujeres y niños, civiles o militares, nacionales o extranjeros. El fútbol es, en España, un elemento de unión y ‘La Roja’ se ha convertido en el escenario donde se casan los sentimientos de gentes de cualquier región o comunidad. La Selección Española de Fútbol es el equipo de todos los españoles de bien y el alma común de un país que sabe respirar el olor del linimento y de la hierba húmeda y recién cortada.
Con el sueño lejano en el horizonte de una Copa del Mundo, España y Argentina festejan en el estadio “Vicente Calderón” el otoño, la decadencia, de la incomprensión y la censura, de la mentira y del rencor, para hacer brillar una esperanza de juego limpio, de buen fútbol, de los valores morales del Humanismo que prevalecen a través de los siglos y de la Historia. Será en Madrid, en un campo capaz de conjugar lo torero con el tango, con sabor a Caminito y a San Isidro, capaz de comprender que las derrotas forman parte de los libros y que las victorias hacen que un país se olvide de las preocupaciones para disparar feliz sus sentimientos. Todo eso y un poco más es un España-Argentina. Todo eso y mucho más son Cien Años de nuestro Fútbol Español. Y en el medio de todo, una afición, una nación, un país, una voz en libertad, una pelota.