9 Abr, 2012

Superación

El caso de Eric Abidal, como tantos otros, nos sirve para apreciar aún más lo que tenemos. La reacción de todos los equipos, mostrando camisetas de ánimo, la de sus compañeros de vestuario brindándole la recogida de la Champions, el gesto de su primo, que le dona medio hígado… Todo ello nos transmite una sensación de bondad que, a menudo, no encontramos en la vida cotidiana y, mucho menos, en las páginas de los periódicos o en los telediarios.

En Sevilla, vivimos con dolor la muerte de Antonio Puerta. Y la ciudad, béticos y sevillistas, se fundió en un solo corazón, en una sola lágrima. Me emocionó ver las camisetas blanquirrojas y las verdiblancas, unidas ante el luto. Más tarde, se repitieron las muestras de cariño cuando el Betis anunció que su jugador Miki Roqué sufría cáncer. Y fueron, precisamente, los sevillistas los primeros en manifestar su afecto.

Ahora, ver a la plantilla del Barça en casa de Abidal, bañándose vestidos en la piscina, ofrece una idea de la unión que reina entre ellos. La desgracia ha engarzado más lo que ya estaba bien enlazado por la convivencia diaria. He contemplado varias veces, en estos días, un video en Youtube, con Irene Villa, entrevistada por Mariló Montero a los veinte años de su atentado. Enseña una sonrisa conmovedora ante el sufrimiento. Irene es deportista. Lo era antes de su mal día. La admiro profundamente, y a su madre, María Jesús, por el ejemplo de bondad, afán de superación y juego limpio. No odian. Perdonan constantemente.  Aman.

Pensando en todo ello, creo que las ruedas de prensa de Clemente no tienen mucha importancia.