
Gaspar con 16 años asistiendo a una entrevista que su hermano Manolo le hacia al entonces Ministro de Trabajo Fernando Suarez para la SER de Gijon.
Gaspar Rosety Menéndez nació en Madrid el 29 de julio de 1.958. Con muy pocos días de vida, sus padres lo llevaron a Gijón. Por esta razón, suele definirse como asturiano aunque lleve ya más tiempo viviendo en Madrid que en el Principado de Asturias. Desde muy pequeño fue aprendiendo los secretos del periodismo gracias a la enorme vocación de su padre, que compatibilizaba su trabajo en la Caja de Ahorros de Asturias con intensas colaboraciones en Radio Gijón (EAJ-34) y en los periódicos de la ciudad, “El Comercio” y “Voluntad”, principalmente. Gaspar Rosety Zuazua fue miembro del equipo fundador de Radio Gijón en 1.942 y falleció víctima de un infarto mientras grababa una entrevista con Tati Valdés, uno de los futbolistas grandes del Sporting de los 70. Gaspar soñaba con ser abogado pero ese día se dio cuenta de que su camino estaba marcado en el mundo de la radio. Su padre le dejó su grabadora, quizá sin saberlo. Su primer profesor fue su hermano Manolo (siempre dice de él que es “su maestro, su hermano y su mejor amigo”).
Hizo sus primeros pinitos en Radio Gijón, en 1.975, con diferentes programas deportivos y de actualidad local y aprendió que en la emisora de una ciudad como Gijón y en aquella época “había que hacer de todo”. Fue la etapa en la que comenzaron sus apariciones en algunos programas en cadena para la SER. Lo hizo de la mano de Pedro Pablo Parrado, uno de sus grandes amigos, de sus compañeros de toda la vida. Parrado lo introdujo en Radio Madrid donde trabajó, desde Asturias, con verdaderos genios de la radio como Pepe Domingo Castaño. De Pepe guarda Gaspar un excelente recuerdo y hoy mantienen una relación muy cariñosa. Parrado fue, sin duda, el hombre que le abrió las puertas del periodismo madrileño y siempre lo ha valorado como tal.
Compaginó la radio, en la que ayudaba a Manolo, con el diario “El Noroeste” donde pronto ocupó la jefatura de deportes. En el periódico trabajo bajo la dirección de Alfonso Calviño, del que siempre guardó un grato recuerdo, y de Silverio de Legorburu, un redactor-jefe que lo hizo trabajar de sol a sol y que le enseñó fundamentos de fútbol y periodismo que no conocía. Así empezó a conocer la vida del periodista errante, viajando como enviado especial a los partidos del Sporting en su mejor época, cuando Morán, Quini y Ferrero, entre otros, hacían disfrutar a todo el mundo con su fútbol. En 1.979 se trasladó a Madrid para cumplir el servicio militar y, de paso, hacerse un hueco en el periodismo deportivo nacional.
Se incorporó a Radio Intercontinental, al equipo de Héctor del Mar. “De Héctor guardo un recuerdo extraordinario, del ritmo que imprimía a los partidos, de la emoción de sus goles y de su enorme calidad humana. Hoy tengo el placer de ser amigo suyo, aunque en aquellos tiempos me reñía con frecuencia, por cariño y por mi bien, claro, porque yo era un jovencito rebelde”. Allí permaneció tres años, con compañeros como Miguel Vila, José Miguel Flores, con la maestría de Alberto Dómper y otros. Solo hizo un paréntesis para acompañar a su amigo Pedro Pablo Parrado en la aventura de “Goles”, que había nacido como una idea de Antonio Álvarez Ávila, “Chaplín”, como lo llamaba Gaspar, quien fue y es uno de sus grandes amigos, uno de los amigos que le llora a diario desde su marcha.
Regresó a la Cadena Intercontinental de Radiodifusión. Cuando ya tenía todo listo para dirigir el Mundial de España en la Inter, apareció José María García con la nueva Antena 3 debajo del brazo. “Trabajar con García suponía para mí la mayor ilusión que podía tener en aquella época”. Y se fue a la calle Oquendo. Fueron diez años en lo que el nombre de Gaspar Rosety explotó comercialmente en las ondas, partidos de Liga, de la Copa del Rey, las Copas de Europa y las Uefas del Real Madrid, Mundiales y Europeos sin parar hasta 1.992. Desde 1988 hasta el año olímpico, dirigió y presentó el programa siempre que García se ausentaba y, por supuesto, los viernes. De esa época todos recordamos aquella frases que se hicieron famosas: “Me gustan los viernes”, “00.07, hora de agente secreto”, “será hasta mañana, si Dios quiere, por supuesto” y otras, que cuajaron su léxico más personal.
En aquel verano del 92, el Grupo Prisa compró Antena 3 y José María García se fue a la COPE. Gaspar lo acompañó a pesar de las circunstancias. “Había empezado a estar incómodo en Antena 3 pero me parecía injusto despegarme de García cuando él más necesitaba del apoyo de su equipo. Aún así, entendí que se quedaran los demás porque entre él y yo siempre hubo una sensación especial de unión que desbordaba el ámbito laboral”. En la COPE vivió cinco temporadas cargadas de partidos, de programas y de tensiones. Fue nombrado subdirector de deportes, como la persona de máxima confianza de García. Al finalizar, 1996 decidió irse. Se iba con pena de la Cope y de su maestro y compañero, de su director y de su amigo. Se fue a casa y sonó el teléfono. La familia Rey Fernández-Latorre, propietaria del Grupo Voz, deseaba que se incorporase a Radio Voz como Director de Deportes y Adjunto al Consejero-Delegado.
“Era una apuesta tan complicada como apasionante. Pude formar un equipo muy joven y con mucha ilusión, con una excelente formación y con gran calidad en la mayoría de los casos. Fueron dos años muy felices y conseguimos unos resultados excelentes para la empresa. Aprendí muchísimo en tareas de gestión y en la responsabilidad de dirigir un grupo humano. Recuerdo el trabajo brillantísimo de todo el equipo en el que destacó de forma especial Antonio Domingo Muñoz, recién salido de la Facultad de Periodismo de la Universidad de Navarra y, con él, José Luis Corrochano, Arancha Rodríguez y Miguel Ángel Méndez, que aportaron frescura, juventud, dinamismo y visión de futuro a nuestro periodismo y que hoy triunfan en sus empresas, Javier Lunaro, un loco de la radio al que fichamos de Radio Andorra con un talento extraordinario, a Carlos González, que siempre narraba en versión original, Juan Manuel Merino, nuestro “Cuervo Ingenuo”… A todos. Y, por supuesto, a Julio Menayo, un técnico de sonido insuperable e insuperado.”. Su programa se denominó “Juego Limpio” y presentó una oferta informativa diferente, basada en la defensa de un periodismo limpio, investigador, respetuoso y conciliador, muy alejado del mundo del que procedía. Radio Voz se hizo un hueco entre las grandes cadenas y se ganó el respeto de todo el mundo.
Tras la compra de Radio Voz por Onda Cero, fue trasladado a esta emisora. “Fue la época más infeliz de mi vida y la recuerdo muy poco, con desgana y con la sensación de haber sido humillado por la osadía de haber querido independizarme, de hacer mi propio camino, de ofrecer una visión personal de mi profesión. Luego, llegó García y pagué mis pecados de independencia con siete meses de ostracismo. Me pagaban pero no me dejaban trabajar.”
Mantenía su relación personal y profesional con el presidente de La Voz de Galicia. “Santiago Rey Fernández-Latorre es una de las personas que más y mejor me ha querido en el periodismo. Cuando cerró Radio Voz, me abrió las puertas de Diario 16 y de La Voz de Galicia. Hizo todo cuanto estuvo en sus manos para que yo me sintiera como en mi casa. Lo consiguió. La Voz forma parte de mi existencia cotidiana con una intensidad especial y Santiago es de esos amigos a los que puedes confiar tu vida y tu hacienda. Me gustaría seguir siendo su amigo hasta el día del juicio final”.
En Diario 16 apareció el periodismo de investigación que había iniciado años atrás. Sus reportajes sobre los pagos de comisiones en las operaciones de traspasos de jugadores efectuadas por el Real Madrid, las denuncias sobre trapicheos dinerarios del presidente Lorenzo Sanz y los testimonios conseguidos entre destacados empleados del club para denunciar la corrupción existente en el club más grande del mundo, le granjearon tantas alegrías como decepciones. “Meterse con el poder siempre es incómodo pero era tan evidente que se estaban llevando el dinero que si no lo denunciaba era mejor irme a casa y dejar la profesión”.
Los jueces le dieron la razón en la veracidad de los hechos denunciados y dieron como “un hecho probado y por el propio Lorenzo Sanz reconocido que se había hecho con dinero de la caja del club sin firmar recibo alguno”. La verdad había triunfado pero Gaspar había perdido su trabajo en la radio. Ganar resultaba caro. “Uno de los días más amargos de mi vida fue el del cierre de Diario 16. Nadie nos apoyó y Santiago Rey ya no podía poner más dinero. Perdió cerca de seis mil millones de pesetas pero todos los empleados del periódico cobraron sus sueldos hasta el último día y sus liquidaciones correspondientes, no se dejo ninguna deuda con Hacienda ni con la Seguridad Social. Se cerró, se sufrió y se terminó.”
En Agosto de 2.001, Gaspar se incorpora de nuevo a la Cadena COPE para convertirse en Director de Retransmisiones Deportivas y primer narrador de fútbol con José Antonio Abellán. “Para mi, volver a la radio fue como volver a nacer y siempre le agradeceré a Abellán que confiase en mí. La Cope me recibió con los brazos abiertos, hicimos una temporada estupenda y quiero dejar bien claro que fui feliz. Con Abellán, con mis compañeros de redacción, lo pasé muy bien y tengo recuerdos fantásticos. Sentí mucho tener que marcharme un año después y perder esos contactos. En la Cope, sentí el fútbol como nunca me había ocurrido antes y el Mundial de Corea y Japón, con Kiko Narváez, con “Neptuno” como cómplice, me hizo disfrutar de la radio y del fútbol, de mis dos pasiones de entonces, más que nunca. Me levantaba a la seis de la mañana y terminaba a las dos de la madrugada. Dormía menos de 4 horas, así 39 noches. Pero disfruté de Corea al cien por cien. En Oriente siempre aprendes cosas nuevas y buenas. Ese año, además, narré la final de la Champions League en Hampden Park, en Glasgow, donde el Real Madrid ganó su novena Copa de Europa, con aquella volea de Zidane… ¡Inolvidable!”.
En la temporada 2002/2003 ejerció sus funciones como Jefe de Retransmisiones Deportivas de Onda Cero. Volvió a retransmitir esa temporada los partidos más importantes de primera división, liga de campeones y a la selección nacional. Atrás quedaron sus columnas en varios periódicos nacionales y regionales en los que su firma se pudo ver durante los últimos quince años, destacando su colaboración en “MARCA”. “Para un periodista deportivo haber escrito en MARCA supone un orgullo y un privilegio. Y ser compañero y amigo de Elías Israel y de otros periodistas un lujo personal y profesional.”
En Febrero de 2005, presentó su libro “Florentino Pérez, el hombre, el empresario, el presidente”. Fue editado por Planeta, con una tirada inicial de 9.500 ejemplares. En el libro se relatan datos personales y profesionales de Florentino Pérez, al tiempo que se aprovecha para contar la historia del Real Madrid desde los años noventa hasta el comienzo del siglo XXI. El acto de presentación se celebró en los salones del Hotel Palace de Madrid, ante más de quinientas personas. Asistieron, además de Florentino Pérez, Emilio Butragueño, autor del prólogo, el periodista Pepe Navarro que presentó el acto, todos los directores generales del Club, el futbolista Ronaldo con su novia Daniela Ciccarelli y una nutrida representación de empresarios españoles.
En 2006, y tras rechazar una oferta de la Cadena Cope para dirigir “Tiempo de Juego” y otra de La Sexta para narrar el Mundial de Alemania, se incorporó al Real Madrid, inicialmente como Director de Medios del club, en el que dirigió siete revistas, una página Web y una televisión así como dirigió la puesta en marcha de la nueva Real Madrid Radio. Más tarde, en septiembre de 2007 fue nombrado Director de Relaciones Institucionales y Adjunto a la Presidencia del Club, donde destacó por la consecución para el Real Madrid CF de la designación del Estadio Santiago Bernabéu como sede de la final de la Champions League 2010.
Al finalizar la temporada 2008/09 tras entrar una nueva junta directiva en el club, cerró su etapa el Real Madrid para incorporarse el mismo día, en junio de2009, a su nuevo destino como Director de Medios de la Real Federación Española de Fútbol. “Es una casa en la que me siento querido y valorado, humanamente apreciado”. La Junta Directiva y el Presidente le habían otorgado en mayo de 2000 la Insignia de Oro de la RFEF, concedida por sus méritos profesionales, que le habían llevado a narrar más de cien partidos a la Selección española de fútbol. En la Ciudad del Fútbol, dirigió los medios de comunicación de la Real Federación Española de Fútbol, su web oficial y Radio Federación.
En noviembre de 2013, recibió la “Antena de Oro”, que otorga la Federación de Asociaciones de Profesionales de Radio y Televisión. El acto tuvo lugar en el Casino de Aranjuez y Gaspar estuvo acompañado, entre otros premiados, por Alfonso Nasarre, director de RNE, Pepa Bueno, Mamen Mendizábal, Ernesto Sáez de Buruaga, Hilario Pino, Enrique Cerezo, Anne Igartiburu, Luis del Olmo y una amplia representación de la profesión periodística española.
En los últimos años, compaginó su labor en la RFEF con el ejercicio del periodismo a través de su columna “Juego Limpio” en el diario La Razón y su columna “La Voz” que publicaba semanalmente el diario “La Voz de Galicia”. Además, fue Profesor de Periodismo Deportivo en la Facultad de Artes y Comunicación de la Universidad Europea de Madrid y participó como ponente en diferentes congresos nacionales e internacionales.
Además de su experiencia profesional de toda una vida, dejó en su currículum el título de Licenciado en Periodismo por la Universidad Europea de Madrid, Master oficial en Derecho del Deporte por la Universidad de Lérida, Graduado en Gestión por FIFA-CIES, Especialista Universitario de Directores Deportivos por la RFEF y la Universidad Camilo José Cela y Master Internacional en Gestión y Derecho del Deporte en ISDE (Instituto Superior de Derecho y Economía). Desde enero de 2014 se puso al frente de la Asociación de Derecho Deportivo de Madrid que él mismo había contribuido a fundar con sus compañeros del Máster oficial en Lérida.
El periodismo, la radio, el derecho, el deporte, el fútbol, su familia, Adela, su mujer, y sus hijas Lara, Adela y Beatriz, eran su vida. Una vida que disfrutaba cada minuto, cada día, en cada tarea que se le ponía por delante. En Madrid, en Sevilla, en Galicia, y siempre, en Asturias, en su Gijón del alma: “Asturias es mi tierra y mi mar, mis montañas, mis sensaciones y mis sentimientos, mis orígenes. Asturias es el lugar donde me gustaría envejecer. Pero hay otros muchos que quiero disfrutar antes de que eso suceda”.
Su legado está en cada estudiante de periodismo que tuvo la suerte de recibir sus clases, en cada compañero que aprendió de sus vivencia, en cada deportista protagonista de sus narraciones, sus historias contadas a través de la letra y la palabra, en cada amigo que espera aún hoy escuchar su voz a través de un mensaje, una llamada, una aparición fugaz.
Su legado está en el corazón de Adela, que mantiene día a día viva la memoria de su “Gaspi”; en su hermano Manolo, “de quien lo aprendí todo cuando mi padre nos dejó, tan pronto”; de su sobrino Ricardo, que le narra a diario en televisión, y de sus hijas: Lara, reinventando la vida y el derecho en mil idiomas; y Adela y Beatriz, unidas a la comunicación que lleva el gen Rosety en su alma, lanzadas al mundo con el orgullo de saber que, desde el cielo, su “papi” les repite a diario: “Nenas, la vida es bella”.