4 Ago, 2013

Los gestores y las quiebras

El problema del fútbol español es la gestión. No nos engañemos. Nada significan los parches temporales, de nada sirven los pactos o tretas para saltarse ciertas normas de obligado cumplimiento y a nadie le importan las palabras vertidas para explicar lo inexplicable. La realidad, durísima realidad de nuestro fútbol profesional, es que la mayoría de las gestiones son deficitarias y donde hay una mala gestión siempre encontramos un mal gestor.porteria caida OLYMPUS DIGITAL CAMERA

Sólo así puede explicarse que cerca de treinta de los cuarenta y dos clubes que integran la Liga Profesional hayan tenido que acogerse a la legislación concursal para sobrevivir, ley que se aplica a las situaciones que, con anterioridad, se denominaban quiebra o suspensión de pagos.

Cabe preguntarse, por ello, si quienes llevaron sus sociedades, las que ellos administraban, a la quiebra o a la suspensión de pagos,  están en condiciones de asumir la responsabilidad de sanearlas, y cito  esta pregunta teórica que realiza con frecuencia el profesor Gay de Liébana que, además de popular y populista, es sabio en economía.

Las aficiones sufren el treinta y uno de julio por temor al descenso AFE pero saben que ese puente se salta y se torea porque los futbolistas han venido tragando con pagarés, promesas, cheques sin fondos y demás. Ahora, se salva usando ciertos fondos de la LFP para garantizar el cobro y que se retiren las denuncias contra las sociedades concursadas. Luego ese no esel riesgo.

El drama no reside en el último día de julio sino en el primero de agosto cuando, virginales y puros, los administradores se encuentran con los mismos números rojos que el día anterior. Ya no hay riesgo de descenso sino de liquidación de la sociedad, que no es tontería, ¿verdad? Ahí radica, a mi modesto entender, el verdadero problema de gran número de SAD y clubes deportivos. Queda claro que la gestión es el futuro y el futuro es la gestión. ¿Quién es culpable? Reflexionemos. Javier Tebas y Miguel Cardenal tienen mucha tarea por hacer y muchas cosas que decir si quieren evitar el dopaje financiero, es decir, a los tramposos. Y seguro que quieren.