4 Jun, 2012

Mariano

A Rajoy siempre le gustó el deporte y ha procurado vivir de cerca este mundo, lleno de metáforas, ejemplos y valores. El viernes visitó a la Selección en la Ciudad del Fútbol con el ministro Wert y Miguel Cardenal. Es un hombre sencillo, cercano y afectuoso. Lleva el sufrimiento político en su delgadez y la esperanza humana doblada en una camiseta roja con el “10” y su apellido. Se la regaló Vicente del Bosque al tiempo que Fábregas pensaba por dentro que Mariano no le iba a quitar el puesto.

Mientras conversamos, recordé una Vuelta Ciclista  subiendo los Lagos de Covadonga, ambos con medio cuerpo fuera del techo abierto de los coches, conducidos por Manolo Díaz y Enrique Franco (qepd). Bajamos El Fito persiguiendo a Jalabert y subimos al alma de Asturias detrás de Escartín. Ahora, escapamos de Merkel y perseguimos la ilusión de sacar al país de la miseria. “Los españoles necesitamos las alegrías de la Selección”, dijo el presidente. Rajoy transmite, además de una excelente formación y experiencia, su voluntad férrea y su compromiso incuestionable, lo que significa que sabe, quiere y puede. Por ello, cuando esté en Polonia, recordaré que, en sus palabras, había fe en este puñado de héroes que marcaron nuestras vidas con un gol a fuego en Sudáfrica. Necesitamos la esperanza para seguir amaneciendo a diario.

Conservaré la fotografía con Ángel María Villar, José Ignacio Wert, Mariano Rajoy y Miguel Cardenal. En mi Twitter, el follower @juanmasalgado  la tituló: “Reparto de la serie “Ganar en tiempos revueltos”. Me gustaría vivir lo suficiente para conquistar algunos títulos más y contemplar la felicidad económica y espiritual de mi país.