13 Ene, 2015

Crisis de 24 horas

En el fútbol moderno, pocas cosas sobreviven al vértigo que genera una semana de competición. El pasado jueves, vivíamos instalados ante una gravísima crisis institucional y deportiva en el FC Barcelona, con elecciones incluidas, y a la segunda derrota del Real Madrid en 2015, lo que hacía saltar todas las alarmas de los grandes de nuestro fútbol. El Atlético salía reforzado, cerca del liderato y con medio pie en las semifinales de la Copa. Champions-League-Spanish-Clubs

Como casi nada supera esa barrera de la semana, hoy nos hallamos ante un Barça recuperado, ante un Real Madrid que ha vuelto al camino de las victorias y un Atlético que tropezó donde hace seis meses se proclamaba campeón de liga. Por lo tanto, los grandes y nuevos gurús del periodismo deportivo han podido inventar algo más en la refundación que lideran en nuestra vieja profesión: la verdad absoluta de un solo día. Mañana, ya no sirve y se aplica para cualquier otra situación. Con estos bueyes hay que arar, como decía mi abuela Carmen.

La verdad real, la única en la que podemos descansar nuestra fe y nuestras certezas, es bien sencilla. Las competiciones recorren largos caminos en los que atravesamos zonas ásperas y otras más gratificantes, en las que conviven amistosamente la victoria y la derrota, el buen juego y la tarde maldita, dioses y diablos. Ello demuestra que nada es absoluto y que, en nuestro fútbol, noventa minutos en el Bernabéu son muy largos, jugar contra el Atleti resulta muy difícil y ganar en el Camp Nou parece empresa muy complicada, aun en grandes crisis de unas pocas horas. Mañana, tendremos otra.