19 Dic, 2013

“Día de Reyes” por Alfredo Plaza

Camino del Palacio de Deportes la pregunta se me vino a la cabeza: “¿es el primer partido de baloncesto que vas a ver en directo?” Con una sonrisa de emoción en los labios mi hija mayor me respondió que sí. Mientras buscábamos aparcamiento solo pensaba en dos cosas: qué recuerdos guardaba yo de mi primer partido y cuáles conservaría ella dentro de unos años.1387183185013

Repasando horas después mis propios recuerdos caí en la cuenta: el del pasado domingo, Real Madrid-Río Natura Monbus, fue mi segundo encuentro “oficial” de baloncesto en vivo que había visto en mi vida; en mi niñez y adolescencia había ido bastantes veces al Bernabéu o al Calderón con mis amigos a ver partidos de fútbol y en dos o tres ocasiones asistí al añorado Torneo de Navidad del club blanco, pero quizás por no tener con quien ir, seguramente también por dejadez, el único partido serio que había visto fue hace más de veinte años, precisamente el año en que, enfadado con mi club, me “hice” de Estudiantes tras el fichaje del que, para mí y creo que no estoy desencaminado en decir que también para Iturriaga, era uno de los rivales más odiados por el madridismo de todos los tiempos, evidentemente no por su calidad, sino por sus “actuaciones” extradeportivas: un tal Drazen Petrovic.

“Qué pista más pequeña”, fue lo primero que me dijo cuando nos sentamos; “no hija, es que estos tíos son muy altos y la perspectiva te confunde”. Como decía Serrat, cargan con nuestros rencores y nuestro porvenir, les vamos transmitiendo nuestras frustraciones con la leche templada y en cada canción: a Ainhoa solo le he conseguido pegar mi pasión por el baloncesto y las motos, del resto ya lo doy por imposible. De vuelta a casa le pregunté si le había gustado la experiencia y que si le gustaría repetir. El brillo de ilusión en sus ojos al contestarme que sí ha sido mi primer regalo de Reyes de este año: ojalá que todos los que nos traigan el seis de enero sean así.