Los resultados de un fin de semana pueden dejar al descubierto verdades ocultas, voluntariamente invisibles, y defectos estructurales de las políticas deportivas. Sin embargo, no todas las derrotas encierran el mismo significado. SI un equipo pierde con su juego por errores coyunturales, un partido no parece alarmante, antes bien, puede actuar para corregir equivocaciones.
Esta semana gozaremos de las reacciones de cada uno. En mi modesta opinión, que el Valencia venza al Real Madrid en Mestalla es un resultado que entra dentro de la normalidad, como sería al revés, y no ofrece preocupación. La filosofía de Nuno está a la luz. La victoria de la Real Sociedad en Anoeta confirma su condición de matagigantes de la temporada pero argumenta razones que alarman en los medios y en la calle de su rival.
El Real Madrid y el Atlético, Ancelotti y Simeone, han mostrado un criterio firme, una idea como base de todo su trabajo y de su desarrollo a través del tiempo mientras que otros clubes han dado una imagen bien diferente, tanto en la configuración de las alineaciones, como en los sistemas utilizados o en las reacciones desde el banquillo en el curso de los partidos. Su pensamiento es errático y no parece contrastado. Culpar al de arriba parece el camino más veloz hacia la tumba.
La vida es una idea. Bien reflexionada con uno mismo, bien debatida con los entornos cercanos, bien analizada por elementos externos, se convierte en una filosofía sobre la que cimentar sólidamente una obra. En el fútbol español, hay entrenadores que responden a una idea clara y categórica. Otros, en cambio, no tienen.