18 Abr, 2011

El partido soñado

El partido soñado

Será una final extraordinaria. No sólo porque, por fin, después de veinte años, la jueguen los dos equipos más poderosos del planeta sino por la belleza de estas confrontaciones a partido único, con el aforo del estadio a reventar y repartido entre dos por las aficiones. Será mi trigésimo quinta final de la Copa del Rey. Sé con certeza que se trata del mayor espectáculo futbolístico que puede vivirse en España, sean quienes sean los finalistas. Con más motivo, precisamente, si los dos equipos son el Real Madrid y el Barcelona.

Copa del ReyEl partido detendrá el tiempo, suspenderá en el aire las agujas de todos los relojes, paralizará la vida nacional durante dos horas en las que todos ignoraremos la crisis, nos olvidaremos de los problemas y disfrutaremos ingrávidos del regalo anual de la final del Campeonato de España, nombre auténtico de la Copa del Rey. Todo perderá importancia entre las nueve y las doce de la noche, nuestros ojos contemplarán embriagados la pasión que puede despertar el fútbol y el balón será protagonista de la vida en la ciudad de Rita Barberá. Cerca de tres mil personas trabajarán para que todo salga bien, como cada año, en un esfuerzo antológico de coordinación y laboriosidad.

 

Esta competición, que SM El Rey honra e ilumina con su nombre y su presencia, concede el verdadero título de Campeón de España. Ha pulverizado los antecedentes en los precios de la reventa, que sobrepasan los mil euros en Internet, y ha movilizado el país aparcando el descanso de Semana Santa y las vacaciones en las orillas del mar. El miércoles ganaremos todos porque quien en verdad gana es el fútbol. Pasión y vida, ilusiones y sueños.