Hace muchos años vi una película, aparentemente cursi, que dejó una frase en mi cabeza dando vueltas y vueltas y que no comprendí, tan sólo al paso de los años pude valorar la dimensión y el significado que realmente tenía. El protagonista de la cinta es Glenn Miller y su orquesta, temas como “In the Mood”, “Moonlight Serenade” o “Chattanooga Choo Choo” nos invitaban a bailar y a soñar. Miller estaba obsesionado con el sonido, pero no con cualquiera, quería lograr que su orquesta consiguiera interpretar el que tenía en su cabeza, hasta que lo consiguió.
Esa búsqueda, en aquel momento, a mí me parecía absurda.
María José Peláez Barceló.
Al estudiar periodismo y empezar a participar en diversos foros siempre se citaba como referente “el sonido de la SER”. Otra vez no valía cualquiera que fuera profesional, se establecían diferencias. Acabo de entrevistar a Gaspar Rosety y suena tan bien que uno lo mejor que puede hacer es callar ante este madrileño-asturiano, ”tengo sólo el diez por ciento de voz que tenía mi padre, así que ha sido
una herencia pequeña de una voz muy bonita”.
¿Qué es la radio? “Durante muchos años ha sido mi forma de vida, ha sido mi manera de poder viajar por el mundo, de conocer a muchísimas personas, de estar presente en acontecimientos de la máxima relevancia internacional, Campeonatos del Mundo, Copas de Europa, Eurocopas, Juegos Olímpicos, miles de partidos de Liga, de Champions League, de Copas del Rey… una maravilla, la radio ha sido una maravilla durante muchos años y hace 8 años que la radio y yo… no sé quién lo decidió antes pero decidimos separarnos,
entonces lo que quedó es el recuerdo maravilloso de treinta años de felicidad, de trabajo y de mucha ilusión”.
En la actualidad es Director de Medios de la Federación Española de Fútbol y participa de los éxitos de la Selección, aunque de otra manera, ”no sé cómo hubiera vivido la final del Mundial si la hubiese narrado, quizás yo cuando narraba pasaba por encima de las cosas porque las regalaba a la audiencia, las ofrecía a quienes me oían y en esta oportunidad ha sido un placer un poco más egoísta, ha sido un placer especial estar en la tribuna de prensa y ver cómo España se alzaba con la Copa del Mundo, con la sensación que intenté reproducir en un artículo que escribí hace un año y pico, en el que para mi se convirtió todo en oro. Yo creo que esa final de Sudáfrica fue realmente el alquimista que el fútbol español necesitaba”.
“No lloré, no. No lloré porque me quedé como en otro mundo… de repente se hizo un silencio enorme en mi cabeza, cuando dejé de escuchar a 80.000 personas que estaban gritando en el estadio y me empezaron a pasar por la mente las historias de mi vida y especialmente el trabajo que mi padre había hecho en la radio durante 34 años hasta que murió, haciendo una entrevista a un jugador
del Sporting y en ese momento de lo que me acordé y lo que me emocionó por dentro fue el recuerdo de mis padres. Eso es lo que tengo, saber que estaba mi mujer en la tribuna de enfrente, disfrutando del partido, mis hijas que estaban viendo el partido desde Inglaterra… ese partido fue algo muy, muy especial, pero no lloré.
“Sí lloré después, pasados ocho, diez o doce días. Un día me encontré sentado en casa, en el sillón con un libro y me di cuenta de que no estaba leyendo, y que me estaban cayendo lágrimas sin que yo me diese cuenta y creo que esas lágrimas fueron la mejor expresión de la emoción que la selección española, Vicente Del Bosque y todo su grupo humano y los jugadores supieron transmitir a este país en un signo de recuperación de la identidad que es algo que nos
hacía mucha falta”.
También es profesor en la Universidad, “la Universidad Europea consiguió enamorarme hace cerca de 20 años, en el 94/95 fui a dar una conferencia a los alumnos de la época y después de ver todas las instalaciones, las cabinas de edición, los estudios, los platós de televisión… año 94 y estamos en el 2012, le dije a mi mujer… acabo de ver, Adela, el periodismo del siglo XXI, ahora sé cómo van a ser los chicos del Siglo XXI. Acabo de ver el futuro… y curiosamente, yo me licencié también en la Universidad Europea. Me llamó la atención su slogan, porque su slogan es lo más plástico que se puede decir: Universidad Europea de Madrid, pensada para el mundo real. Y yo creo que los alumnos de la Universidad Europea cuando estudian Periodismo, Comunicación Audiovisual, Publicidad,… están todos los días trabajando en ello, es decir, están viviendo todos los días ese mercado de trabajo. Se están preparando para trabajar, no son alumnos a los que se les exija memorizar diez mil páginas de un libro, saber los nombres de los reyes godos o de los
reyes de la radio sino todo lo contrario.
“Practican, practican, practican, practican… Esta profesión, que es muy bonita, hay quien dice que es un oficio… yo creo que es una forma de vida, el que es periodista lo es porque le gusta vivir de esta manera. No es solamente una vocación, ni un oficio, es todo a la vez. Cuando empecé a dar conferencias hace algunos años me preguntaban siempre en todas las Facultades, incluso también en Sudamérica, me preguntaban si el periodismo es una ciencia o es un arte… me parecía una tontería de tal calibre que no entendía por qué todos me preguntaban lo mismo… un día dije: tengo que establecer una definición para que cuando me pregunten esto, pueda responder. Después de pensar y pensar digo, bueno, efectivamente el periodismo es una ciencia porque tiene investigación, tiene un prisma científico… el periodismo es la ciencia de buscar la verdad y tiene un punto de vista estético, artístico, plástico, que es el arte de saber contar la verdad y todo eso hay que envolverlo en un procedimiento ético, entonces yo lo que intento es enseñarles a los alumnos la parte científica de la investigación, la parte estética o artística de la forma de contar las cosas y que lo hagan todo desde un prisma que esté repleto de valores morales que es realmente lo que nos falta hoy porque llevamos una o dos generaciones a las que lamentablemente no les hemos dado una educación en valores, sino una educación en lo estrictamente material, en lo fácil y creo que esto es un engaño para los chavales que hoy tienen 18, 20 o 25 años. Luego el impacto va a ser muy fuerte cuando descubran que la vida no es tener dinero o tener un coche que corra más o corra menos, un pantalón vaquero que sea de una marca determinada o de una firma de lujo. No. La vida son valores. Yo que en ese aspecto admiré muchísimo todos los valores del Humanismo cristiano, que admiré profundamente los valores del Renacimiento pues creo que tenemos que compaginar ésto en la formación y en la educación de los alumnos”.
“No me gusta el periodismo que se hace ahora, yo soy partidario de un periodismo de investigación, de un periodismo de rigor, de trabajo, de esfuerzo, de sacrificio, de contraste de datos… de investigación de la verdad y, sobre todo, de la libertad para poder contarla. En este momento ya no lo hay.
“Cuando yo empecé en el Periodismo hace 35 años más o menos, el que mandaba en la radio y en el periódico era el director, que era ”Don Javier” o “Don Fernando, ahora el Director es “Fernandito” y Javier es “Javierito” y el que manda es el director financiero que es el que dice si a un partido viaja una persona, viajan tres… es el que dice hay que hablar más del Real Madrid y menos del Valencia porque esto no vende. Hay que hacer las portadas con Cristiano y sus abdominales porque si sacas a Perea no vendemos más que 80.000 ejemplares… es decir, la verdad ya no es lo principal… entonces a mi esto no me interesa.
“Estoy ahora mismo mucho más cerca, y lo digo con la mayor naturalidad del mundo, porque en la vida hay que ser sincero y natural, estoy más cerca del derecho, de la docencia… a mi edad, con mi experiencia, con mis conocimientos y con lo que estoy aprendiendo cada día, estoy más cerca del pensamiento y de la literatura que del periodismo de cada día. No me gusta lo que veo, no me gusta lo que leo, no me gusta lo que oigo… en términos generales. Hay programas magníficos, hay periodistas estupendos, verdaderos maestros de la pluma, de la voz, pero no siento la felicidad que tenía antes al oír la radio, nadie me dice ahora por las mañanas al llegar a trabajar: ¿Escuchaste anoche a fulanito? Parece que eso ha muerto, que no existe, es decir, no tenemos referentes, no tenemos líderes de opinión en los que tengamos fe, como decíamos antes… es que lo ha dicho fulano y eso iba a misa. Recuerdo la época de Antena 3 que la gente decía: es que lo ha dicho Antena 3 y se acabó, lo ha dicho Antena 3 y es verdad. No tenemos esa credibilidad. El periodismo de hoy ha perdido credibilidad porque ha perdido libertad y ha perdido calidad y a partir de ahí, pues a mí sinceramente me aleja”.
“A los seres humanos cuando nacemos a lo primero que nos enseñan es a leer y a escribir y a mi es lo que me hace más feliz. El otro día le decía a mi mujer: ni escribo para vivir, ni vivo para escribir, pero estoy vivo porque escribo y porque estoy vivo escribo”.