Los clubes quieren eliminar del convenio con la AFE la norma de descensos por impago a futbolistas y cambiarla por la prohibición de fichar nuevos futbolistas. A mi modesto entender, esta garantía de cobro es la única que permite a los futbolistas trabajar con un seguro. Aunque los clubes se administren mal, ellos pueden percibir sus salarios. La norma no se creó para proteger a Ronaldo y compañía sino a los cientos de futbolistas de Segunda División y Segunda B que han visto peligrar sus sueldos, modestos sueldos, mientras algunos directivos se pulían los dineros en otros menesteres. El sindicato español de futbolistas, la AFE, está considerado como el mejor del mundo en su sector y se muestra como ejemplo en todos los países de fútbol civilizado. El presidente de AFE, Gerardo González Movilla, pasa por ser el primer experto mundial en legislación laboral de deportistas y le piden consultas desde otros sindicatos de fútbol y de otros deportes. En la Unión Europea, Movilla está considerado como un lujo para el fútbol y sus criterios cuentan con el respaldo de las mayorías. Ahora, los clubes españoles, a causa de cuatro directivos empeñados hasta las cejas, pretenden eliminar la única garantía de cobro de los trabajadores del balompié. Ya se lo anuncio ahora: si los clubes no desisten de esta barbaridad, habrá huelga. Y Ronaldo, Zidane y compañía, los grandes gallos de este corral futbolero serán los primeros en ponerse a sujetar la pancarta. Con las cosas de comer, es decir, con los sueldos, no se juega. Y si lo intentan, el fútbol se parará. No es un derecho ganado fácilmente que ahora pueda tirarse por la borda. O pagan o no hay fútbol. Y yo me pondré con ellos a sujetar la pancarta, si fuera menester.