11 Nov, 2014

Johan Cruyff en su papel

El holandés eterno nunca deja indiferente a nadie y, mucho menos, cuando se hace referencias al Barcelona o al Real Madrid. No albergo duda alguna respecto a su huella en el barcelonismo, de quien siempre ha sabido ejercer como luz y guía y al que ha hecho disfrutar como futbolista, entrenador, socio o, simplemente, comentarista. Ahora que se cumplen cuarenta años de su llegada a España, en la últimas bocanadas del régimen anterior, todos los que guardan memoria en blanco y negro, y algunos en color, recuerdan el 0-5 del Bernabéu con su amigo Cholo Sotil como pareja extranjera de aquel baile maldito.-

Sin embargo, estas cuatro décadas se festejan en la oposición azulgrana como un manifiesto que ha destrozado a los últimos ocupantes de la silla pontificia del Barça. Johan no ha dejado títere con cabeza y ha llamado la atención sobre los valores que siempre ha defendido. Las comparaciones entre Unicef y Qatar, las alusiones a la vía peninteciaria del expresidente de la institución, la constante judicialización del club y de sus directivos, la decisión de quitarle la insignia de oro y la presidencia de honor, el despido antes de que le diese tiempo a trabajar a Luis Enrique para formarlo como entrenador, fueron algunas de las guindas de este pastel cuarentón de la vida cruyffista, siempre vestida de azul y grana.

No es preciso recordar que nunca se escondió para expresar sus pensamientos y que goza del afecto y admiración de muchos mientras asume la discrepancia de algunos como parte del juego cotidiano. Creo que la figura de Cruyff es, a día de hoy, ilimitada en el barcelonismo aunque sus palabras no sean siempre compartidas. Se le permite.

Los elogios hacia Alfredo Di Stefano y Vicente del Bosque dicen mucho de sus ansias de ver en el Barcelona lo que siempre quiso para el club y para el equipo. Johan hace gala de una filosofía consecuente desde hace muchos años. Sus conceptos resultan claros, sensatos, a pesar de algunas situaciones que pudieran haber parecido excéntricas. No valoro sus manifestaciones críticas sino la posibilidad de que algún día regrese al fútbol de una manera activa.