14 Sep, 2013

La norma deportiva sobre la concursal

El fútbol español recibió esta semana una noticia que aclara el panorama jurídico y alerta a la legislación mercantil y a quienes la aplican. Me refiero al auto dictado por la Audiencia Provincial de Alicante relativa al llamado caso Orihuela. El juez determina con claridad que el juzgado de lo mercantil no puede obligar a la inscripción de un club si éste no cumple con los requisitos exigidos por la normativa federativa. Con este auto irrecurrible, se cierra el caso.

Viene a colación de los intentos constantes de determinados clubes en situación de concurso que buscan ir a la liquidación para, posteriormente, subastar sus bienes y, entre ellos, la plaza en la categoría o, lo que es lo mismo, su derecho a competir en esa categoría.

Suele suceder que quienes adquieren la plaza en la subasta son los mismos propietarios que han ayudado a la liquidación tras asumir deudas de imposible cumplimiento y hacer imposible un convenio de acreedores.

Considero, con el debido respeto a los más grandes juristas, que nos encontramos ante actuaciones fraudulentas, que persiguen eludir el pago de las deudas contraídas indebidamente y mantener estadio, uniforme, colores, escudo, bandera y un nombre casi calcado al de la SAD liquidada.

Ocurre que hasta la fecha esto ha sucedido sólo en casos de de grado menor por la importancia de los clubes protagonistas. Sin embargo, cabría preguntarse qué sucedería si hablásemos de clubes históricos, de grandes clubes de Primera o Segunda División, con deudas elevadas y que escurrieran el bulto por la vía de la liquidación. Repasen la lista y no tardarán en ver qué nombres preocuparían, y mucho, cuando se trata, por lo general, de deudas con el Estado, Seguridad Social y, en especial, la Agencia Tributaria (AEAT).

Reitero desde estas páginas la necesidad de un Congreso Nacional en el que participen jueces, magistrados, abogados, RFEF, LFP, AFE y cuantos agentes intervengan a diario. Para que se cumpla la ley y no nos tomen el pelo. Debemos ayudar a los jueces porque ellos son los primeros que pueden ayudar al fútbol. Sin imposiciones. Se trata sólo de aplicar el ordenamiento.