Nunca albergué la más mínima duda de que la mejor defensa en un partido es la posesión del balón,  siempre y cuando tengamos los conceptos claros y los conocimientos y aptitudes precisaos para saber administrar el balón y distribuirlo.

Personalmente, estoy de acuerdo con el planteamiento que hizo Guardiola contra el Madrid en el partido de ida en el estadio Santiago Bernabéu. Y me agradó muy especialmente la primera parte. En ese periodo de tiempo, pudimos contemplar un equipo con muchísima  personalidad, que supo utilizar los principios ofensivos. Al Bayern le faltaron algunas aplicaciones de relevancia, como  el pase, los desmarques y darle más velocidad al balón. Por esta razón insisto en la importancia de la administración y la distribución. A la hora de darle sentido al balón, siempre tiene que haber dos pases cortos y uno largo o dos largos y uno corto. Para facilitar que se produzca esta situación, necesitamos movimientos continuos de desmarques de apoyo y de ruptura. Y esto lo que, a mi juicio, lo que le hace falta a la filosofía de futbol que tiene Guardiola.

El cambio en el planteamiento del partido de vuelta nos dejó entrever que a Guardiola le han influido las críticas. Este es un error grave en un profesional como él, aun considerando sus circunstancias, porque si hay algo en lo que él destaca sobre los demás es su gran personalidad. La misma personalidad que lo llevó a ganar el título de quedó campeón de la Bundesliga con más de veinte puntos de ventaja sobre el segundo y falta de siete partidos para acabar el campeonato.

No entiendo por qué Franz Beckenbauer puede criticar a Pep Guardiola, si recordamos que él, como jugador, era de este estilo. Más aún, estoy seguro de que Beckenbauer sería Gardel en un equipo dirigido por Guardiola mientras que con Mourinho sería suplente.

El problema no radica en si es mejor tener el balón o no. Hay una vieja frase que podría definir el problema que tiene el fútbol en la actualidad: “No hay nada más peligroso que un ignorante activo”. Resulta lamentable comprobar cada día como se multiplican cada día esta clase de ignorantes tanto dentro como alrededor del fútbol.