Muchas veces, hemos pensado que el fútbol se fabrica exclusivamente don dinero. Creo que no es del todo cierto pero sí lo es que una gran parte de los éxitos se basan en el poder económico de los clubes. En España, sin ir más lejos, se advierte que tres equipo, Real Madrid, At. Madrid y FC Barcelona se han escapado del resto y parece imposible alcanzarlos. Incluso, en los enfrentamientos directos suelen eliminar a los equipos ingleses que, aunque gozan de economías pujantes, no han resuelto la otra parcela, la del fútbol y los futbolistas y su organización.
De un tiempo a esta parte, los clubes de la Premier han comenzado a repartir más de dos mil quinientos millones de euros procedentes de sus derechos audiovisuales, algo menos del doble que los españoles. Allí ofrecen un reparto equitativo de tal manera que todos perciben cifras razonables y se acercan mucho a nuestros tres grandes, al tiempo que superan con creces a todos los demás. En España, tenemos, quizá, a los tres mejores equipos del mundo, junto Bayern de Munich y Manchester United. El City y el Chelsea, por las características de sus propietarios, escapan a cualquier comparación o análisis. Pero Inglaterra tiene la mejor Liga del mundo.
En España, la derogación de mal llamada “Ley Beckam”, que tan solo presentaba una norma que facilitara la llegada de talentos para la investigación y otros fines culturales, ha dejado a los clubes pagando un veinticinco por ciento más de impuestos y, de sus ingresos por televisión, deben deducir los pagos pendientes a la Agencia Tributaria y a la Seguridad Social. Estas son medidas razonables porque todos los españoles somos iguales ante la ley. Las consecuencias para el fútbol, sin embargo, han empeorado la situación económica y financiera y, por citar un caso, el Manchester United puede ofertar ciento noventa millones por Neymar cuando el fichaje más caro de la historia ha sido el de Gareth Bale por el Madrid. Quizá el Real Madrid pudiera hacer este esfuerzo pero, ¿con qué recursos, maniobras o compromisos bancarios?
La Premier goza de una organización empresarial sólida y se ha hecho con el pastel económico de la gran liga. Este es el principio de otras políticas que haciendo creer que el negocio o la industria del balompié sólo es dinero, olvidan el fútbol de verdad, ese futbol del que siempre y para siempre hemos vivido. A modo de recordatorio, puedo citar a Víctor Valdés, Casillas, Sergio Ramos, Puyol, Piqué, Busquets, Morientes, Raúl, Xavi, Xabi Alonso, Villa, Silva, Manuel Pablo, Valerón, Salinas, y tantos otros que, sin descorrer en exceso las cortinas del tiempo, nacieron de la base, de esos campos de arena y tierra de cada matinal futbolera en poblados, aldeas y barrios. Podemos y debemos ser mejor que la Premier.