21 Dic, 2015

“Las presuntas prácticas corruptas”, por José Joaquín Brotons.

En alguna ocasión le dije personalmente a Miguel Cardenal, en su despacho y en presencia de terceros, que había dos dirigentes cercanos de los que no se debía fiar: Javier Tebas y Pepe Sáez. Le apunté que ambos le podían crear problemas en el futuro. Mi opinión no la tomó muy en cuenta, intuyo que pensaba en una animadversión personal hacia los dos. El 29 de octubre de este año, a las 12 de la mañana, tuvimos una entrevista en el CSD para la plataforma Grada1 TV. Cuando acabó la misma nos quedamos un rato charlando a solas, junto a la mesa de su despacho, y le detallé algunas “irregularidades” que se estaban produciendo en la Federación de baloncesto.

Una de ellas era muy llamativa. El secretario general de la FEB, Luis Giménez(el hombre de la ingeniería financiera), estaba contratado como un profesional liberal. No mantenía una relación laboral, cobraba por medio de varias facturas mensuales cuya cantidad superaba los diez mil euros. Era la manera de ingresar y justificar un sueldo sin tener que atenerse a las condiciones laborales de un trabajador, aunque después no tenía ningún inconveniente en utilizar los cheques de comida que solo le correspondían a los empleados.Luis Giménez es el hombre que guarda y conoce los secretos de Sáez (en los correos reproducidos por El Mundo, el secretario general admite una doble contabilidad para enmascarar como gastos legítimos pagos imputables a los hijos y a la mujer de Sáez); Cardenal conocía lo inapropiado de la situación y me dijo que ya habían avisado a la FEB para corregir la anomalía.

También le expliqué a Cardenal que el presidente vivía en Madrid, en un piso alquilado por la Federación en la calle Padilla, con su hijo mayor y la utilización del mismo no constaba como pago en especie en el sueldo declarado en el Capítulo de Transparencia. Le comenté que la tarjeta de crédito de Sáez, con cargo a la FEB, servía para todo y que era difícil separar los gastos privados de los de representación. En honor a la verdad he de decir que Cardenal no salía de su asombro ante mis informaciones. Llegó un momento que me dijo:“Envíame un correo con todo lo que mes has contado” y le respondí que las pruebas materiales no estaban a mi alcance y que no me correspondía hacer eso. Creía que el CSD tenía mecanismos para investigar. Insistió en que las auditorías realizadas no detectaban las situaciones que le estaba manifestando.

Mi intención era ponerle sobre aviso del escándalo que podía salpicarle por su cercanía al personaje pues incluso había mostrado públicamente su apoyo a la gestión deportiva de Sáez acompañándole a una rueda de prensa tras el fracaso en el Mundial. Pero apenas una simple consulta en el registro de la propiedad le hubiera permitido conocer los inmuebles adquiridos por Sáez desde que accedió a la presidencia, entre los que figuran tres áticos escriturados entre 2008 y 2009 en la urbanización “Las Terrazas de Doñana” en Sanlúcar de Barrameda.

Sáez recibió en dos ocasiones el apoyo del Gobierno, que le otorgó bonificaciones fiscales (Acontecimientos de Excepcional Interés General) para el Mundial 2014. Con ellos gestionó el ingreso de millones de patrocinio con un 90% de desgravación para los que ponían el dinero. Con ese mismo privilegio, y para seguir muñendo la vaca de los incentivos fiscales, Sáez se inventó una nueva idea “Universo Mujer”, unido a la organización de la Copa del Mundo Femenina 2018 que el Consejo Superior de Deportes apoyó desde el primer día.

En noviembre de 2015, once años después de su primera elección, 11 presidentes regionales le pidieron con firmeza a José Luis Sáez que dimitiera, porque dudaban de su honradez. Ellos tienen en sus manos un informe jurídico y un dossier con facturas y correos electrónicos que demostrarían cómo imputó numerosos gastos personales y de su familia al presupuesto de la FEB. El tsunami se va a llevar al presidente y a varios de sus cómplices, gente que se ha beneficiado también de esas prácticas y que no debe quedar al margen de estos actos presuntamente delictivos por actuar como encubridores. Hace tres años, en 2012, Sáez le confesó a su periodista de cabecera, José Luis Martínez de Marca, que “no creo que el mundo del baloncesto vaya a quedarse huérfano sin mí”. El mismo periodista ha sentenciado ahora tras saltar el escándalo: “No volverá”.

Va a ser muy difícil que el baloncesto español se recupere del golpe que le ha propinado José Luis Sáez con sus “presuntas prácticas corruptas”. En lo deportivo, las selecciones seguirán levantando trofeos y colgándose medallas, pues fueron los jugadores los que consiguieron los títulos y no el presidente. En los despachos sorprende que ninguno de los tres secretarios de Estado que han compartido su trayectoria, Jaime Lissavetzky, Albert Soler y Miguel Cardenal hayan sospechado del personaje.