Se ha convertido en el primer equipo que asciende. En su camino se han cruzado múltiples circunstancias, generalmente de doble filo. Para empezar, el club ha quedado en manos de dos hermanos que proceden del fútbol de élite. Jesús Samper ha sido secretario general de la Liga Profesional, como cargo de máxima relevancia, y Juan Antonio Samper ha sido el asesor jurídico del Real Madrid en los tiempos más conflictivos. Ambos proceden de un mundo elevado dentro del fútbol y con marcadas personalidades. Si Jesús abandonó la Liga por mantener sus criterios más coherentes, su hermano Juan Antonio resultó fundamental, (con el grupo de Serrano 221, es decir, Ramón Calderón, Juan Manuel Herrero, Ramón González, Magdalena Escobar, Zamalloa, Marquina y otros), en la llegada de Florentino Pérez a la presidencia del Real Madrid. Uno como presidente y otro como vicepresidente deportivo, asumieron un riesgo en Murcia y lo aceptaron. Merecieron credibilidad ante las instituciones y sacaron del olvido a un entrenador, David Vidal, al que más de medio fútbol español ya había dado por muerto. Basaron su estrategia en cuestiones tan sencillas como inusuales. Buscaron futbolistas que creyeran en la causa del ascenso y que aceptaran un salario adecuado a la categoría. No desequilibraron la plantilla con estrellas sino que mantuvieron contratos muy parejos para todos los profesionales. Un equipo unido, con fe en sus opciones y convencidos de su objetivo. Una afición corta, 7.000 espectadores de media y menos de 4.000 abonados, puso el resto. Hoy, el Real Murcia está de nuevo entre los grandes, inaugurará su flamante estadio “Nueva Condomina” dentro de dieciocho meses y su economía está totalmente saneada: no debe un euro y paga puntualmente. Jesús y Juan Antonio Samper han convertido el club en una referencia válida para encontrar un trabajo bien hecho. Ahora solo falta que cunda el ejemplo… y que la ciudad responda. Ellos ahora tienen crédito.