DESDE TEJEDA

Sólo aquello que se ha ido es lo que nos pertenece

                                                                       –Jorge L. Borges

En el corazón de mi amada Gran Canaria, entre riscos, veredas y caminos reales; a la sombra de los Roques Nublo y Bentayga se asienta desde tiempos inmemoriales Tejeda. Allí, al arrullo de isas y folias, una parte de mi historia vital y emocional tiene ufano acomodo. De la tierra venimos y a la tierra volvemos a través del cordón umbilical que nos une a nuestras madres. Tejeda, la del almendro en flor, la del mazapán y el Parador Nacional, la Tejeda de mi infancia y juventud. Allí fui, allí estuve y allí volveré, si no en esta vida en la siguiente.

Año 1998, el Mundial de Francia a la vista, la Udé en Segunda División intentando un nuevo asalto a la ansiada y añorada Primera División, aquella categoría que por Historia, que no por decreto, merecía. Y en medio de esta vorágine de acontecimientos deportivos quien escribe da sus primeros pasos radiofónicos en Radio Las Palmas-Radio Voz. La ilusión por bandera, unido al reto y al desafío que representaba pasar de narrar partidos de chapas y de futbolines entre amigos a entrar a las cabinas del histórico Estadio Insular, el vetusto reciento de Ciudad Jardín. Hoy ya desaparecido.

Atrás dejaba aquellas reuniones de amigos en donde bajaban el volumen de la televisión para que yo me dejará llevar en volandas por mi verborrea pasional y literaria. Extasiado y desatado me entregaba sin disimulo a mi ritmo y a mi cadencia declamatoria. Narrar los partidos del equipo de mi infancia, aquel que veía de la mano de mi abuelo Julio, el General Fuente, representaba un sueño cumplido pero también una gran responsabilidad. Mi exigencia y mi perfeccionismo  personal ponían el listón muy alto. No podía, no debía fallar. Vocalizar, declamar, recitar, narrar, contar, cantar, todo en uno.

Los acontecimientos se precipitaron, llegaron sin avisar. Mi jefe de Deportes, Chano Rodríguez, hombre honesto, de firmes valores y convicciones, hombre poco dado a exteriorizar sus emociones y mucho menos sus sentimientos me comentó que había pensado en mi para entrar a nivel nacional para los partidos de las UD Las Palmas. Aquel programa nacional lo capitaneaba uno los grandes del periodismo deportivo: Gaspar Rosety. Sí, sí aquel mismo Gaspar al que oía noche sí y noche también, aquel que  puso nombre y apellidos a otra forma de narrar. Épico, litúrgico, poético, íntimo y personal. Sus goles desprendían un aroma peculiar y particular, sus goles siempre fueron goles ‘gasparianos’, como todo lo que representó su mundo. Entonces no lo supe; mi conocimiento primero y mi cercanía después a él me mostró un universo rebosante de bonhomía, de dadivosa generosidad, de desprendida y sentida sinceridad.                                                                                                                        

Debuté con él y para él en el partido UD Las Palmas 2-Badajoz 0 de la temporada 97/98. El primer gol que canté a voz en grito lo marcó el grancanario Marcelino. Nunca lo olvidaré. Me dejé, entonces, y aún hoy también, el alma en aquel gol. Tocornal por los suelo, roto y malherido, por culpa de la cadera del ‘Turu’ Flores y Emilio Isierte, el portero pacense, observando como el “suspiro y el aliento del público terminó alojando el balón en el fondo de las redes”.

Aquel fue “el comienzo de una hermosa amistad” como dijo Bogart en ‘Casablanca’. Entonces no lo supe, fue tiempo después cuando me enteré que Gaspar sólo quería que en los partidos de la Udé en casa fuera yo la voz de Radio Voz. Nadie más. Aquella hermosa época pasó pero no mi trato con él; ese fue creciendo con el tiempo. Procuraba ‘molestarle’ poco o nada aunque para él nunca hubo ni molestia ni incomodidad. Siempre me tuvo presente, y nunca rehuyó ni la cercanía ni por supuesto la amistad de doble sentido. Siempre estuvo ahí. Siempre ha estado ahí.

Desde Tejeda’ inicio hoy un periplo emocionante y tiernamente cautivador. Orgullo y responsabilidad a partes iguales. Quiero que el listón esté alto, muy alto, Gaspar no merece menos, ni su mujer e hijas, a las cuales desde aquí agradezco enormemente que me hayan brindado la irrenunciable oportunidad de volcar en esta web, su web, todos mis deseos y anhelos literarios, que son muchos. ‘Desde Tejeda’ compartiré con todos vosotros mis humildes conocimientos y mi narrativa que agitada y traviesa se abre hueco dentro de mi en busca de su liberación y difusión. Escribir es una necesidad, amen de un anhelo que dormita en mi desde siempre. Gaspar lo vio y lo entendió enseguida y con cariño me leía; él, ávido lector y empedernido escritor, tan mundano, tan cercano. En uno de mis múltiples viajes estuve en Gijón, en su Gijón. Aquel viaje lo realizamos tres personas, porque aparte de Inma él estuvo siempre con nosotros.  “Diego vete a ‘los Peñucas’ y pregunta por Agustín de la Peña, el padre de Iván, y dile que eres amigo mío” , fui, vaya que si fui. De aquel viaje nació “Aroma gijonés”, a lo que Gaspar tras su lectura me dijo: “ veo que has entendido lo que es Gijón”.

El Brujo minero” fue otro artículo que lo transportó a su tierra. Días después de haberlo recibido me llamó desde Mareo el inolvidable ‘Quini’ para agradecerme dicho artículo que versaba sobre él.

Gaspar era así. Era grande, era de sus amigos, era humano, era franco, era leal, el más leal de los Generales con mando en plaza. ‘Desde Tejeda’ te seguiré recordando y te seguiré loando con el mayor de mis afectos.

“¡Hay gol en el Insular, adelante compañero!”. “¡Gooooooool, gooooool en el vetusto recinto de Ciudad Jardín. Diez minutos de la primera parte y Ulises ha retornado a Itaca en busca de Penélope. Paquito Ortiz, el 8, el gran capitán amarillo recoge un rechace al borde del área, recoge un verso libre y lo ajusta al angulo superior de la portería extremeña haciendo inútil la estirada del arquero. El estadio en pie, bramando y vociferando enloquecidamente. Sinergia. El efecto reconfortante de un gol que abduce y seduce!”.                                                                                                      

 La vida que sigue con sus filias y fobias, con sus afectos y desafectos, con sus  simpatías y antipatías, con sus encuentros y sus desencuentros,  con hombres buenos y otros no tantos, con el gremio periodístico lleno de zelotes desprovistos de elegancia y clase, con exceso de envidias y carencia de compañerismo. Malditos jacobinos. Aquí sé que estoy como en casa, aquí sé que el aire es limpio, puro,  aquí sé que puedo ser yo, con mis defectos, con mis carencias, con mi loco placer, con mi placer loco por la literatura,la historia, el arte…Aquí sé que me puedo ladear hacia la izquierda, mi lado natural, sin ser objeto de comentarios malintencionados. Os convido a asomaros a  la balconada  que hoy construimos juntos: ‘Desde Tejeda’. Os invito a encontrarnos periódicamente en esta sección. Pasen, pasen y lean. Os doy mi palabra que lo daré todo. Siempre todo, sin dejarme nada, sin ocultar, sin disimular. Gaspar se lo merece, mis padres se lo merecen, también mis hijos, mi gente, Aarón, mañico él, y todos aquellos que sabiéndome loco nunca contemplaron mi encierro como una posibilidad. “Los mejores latidos están por llegar” (Gaspar Rosety Menéndez).                                                                                            

DIEGO DE VICENTE FUENTE

Maestro de maestros

La historia de la narración radiofónica se escribe con letras de oro y mayúsculas. Por José María Vicente Ferrer.

Bajo los rigores de la democracia española empecé a aficionarme al futbol como cualquier niño de temprana edad. Con motivo del mundial 1982 mi afición fue creciendo hasta convertirme en futbolista benjamín de la cantera del Valencia C.F.
Al mismo tiempo soñaba en la playa, a orilla del mar mediterráneo, donde se juntan la tierra y el mar, donde Gaspar llegaba, llega y llegará con su voz inconfundible. Soñaba con lo que había detrás del transistor de mi madre siempre se lo llevaba a la arena. Me interese por la radio y soñaba que algún día conocería a las personas que estaban detrás del aparato, de ese objeto tan singular llamado radio. Soñaba, soñaba y soñaba…
Crecí como futbolista en la cantera del Valencia C.F. Pronto la vida me puso un volante entre las manos para poder maniobrar, entonces la pasión y ese sueño de entrar en el mundo de las ondas se convirtió en realidad.
Esta mágica ilusión crecía. Con 15 años, en el recreo del colegio pensaba en muchos periodistas, incluso un profesor me dejo las llaves de su coche para escuchar la radio durante uno de los recreos. Fue entonces cuando el Gran Gaspar Rosety me llamó la atención. Por aquel entonces mi abuelo me preparó una entrevista en la histórica Antena 3 Radio, situada en la calle Oquendo 23. Su sintonía era inconfundible.
En marzo de 1989 mi emoción se consumó en la sala de espera. De pronto ci aparecer Gaspar que, se acercó a fírmame una foto. Emocionado por y para siempre.
En febrero del año 1990 el padre de un compañero de mi equipo, al que estaré siempre agradecido, me presentó una mañana, en Valencia, a Gaspar. Estuvimos conversando con él y de pronto me dijo: “tu conmigo a la cabina”, en ese momento me brillaron los ojos como un niño, lo que era, con 16 primaveras. No podía pedir más en este sueño mágico hecho realidad.
En abril del año 1990 se jugaba la final de la Copa del Rey en mi tierra. Gaspar me invitó. Quedamos en el aeropuerto y me sorprendió con un “esta vez me acompañarás a la concentración del Real Madrid” . Por aquel entonces se concentraban en el Parador de El Saler de Valencia. Allí me quedé, a su lado, y me presentó al entonces Presidente del Real Madrid Ramos Mendoza y por alli estaba también la Quinta del Buitre: Butragueño, Chendo, Martin Vázquez, entre otros.
Al día siguiente me invitó de nuevo a la cabina para disfrutar de un maravilloso Real Madrid-Barcelona F.C. Era 5 de abril 1990, más de ocho horas de radio ininterrumpidas y el Maestro en una actuación soberbia de narración fusionó poesía y descripción en un relato espectacular. Su voz inconfundible, “Marca Rosety y Sonido Menayo”. Un equipo insuperable que hizo temblar a la España radiofónica futbolística, por su portento y potencia.
Al acabar el partido pude disfrutra de una lección magistral de radio. Le acompañé emocionado.
La España de los años 90 baja el volumen mientras subía el de la radio para escuchar su voz, única e inconfundible. Gaspar te permitía ver el partido a través de su voz, escuchar sus goles y en general, sus narraciones era disfrutar de una maravillosa orquesta radiofónica en la que fusionaba, entre graves y aguados, literatura, deporte, espectáculo, cultura e historia.
Una anécdota fue la remontada del Valencia- Real Madrid el 18 enero de 1992. Antes de empezar me pregunto acerca del ilustre catedrático Don Manuel Broseta Pont, quien había sido recientemente asesinado. Apoteósica la narración de los goles valencianistas de Fernando y Roberto.
En febrero de 1992 en el azul palpitante del Mar Mediterráneo, junto con otros periodistas y Guss Hiddink, vi a Gaspar como disfrutaba de una maravillosa tertulia que fue toda una lección de vida y periodismo, un fiel amante del deporte y de su trabajo.
Disfrutaba viendo la estela del barco, navegando como él lo hacía y seguirá haciendo, por las ondas radiofónicas.
Mi más sincero agradecimiento a su persona, por lo mucho que aprendí a su lado en todo los órdenes de la vida y lo bien que hizo de hermano mayor y padre, ese padre que yo no tenía.
La tierra ha tenido, tiene y tendrá un narrador irrepetible, un genio de la radio.
La historia de la radio mundial tiene un salón grande con alfombra roja grabada con letras mayúsculas, un sueño mágico.
Gracias Gaspar, te tengo presente.

José María Vicente Ferrer

Inventario

Ante el relanzamiento de esta página de nuestro añorado Gaspar, nos pide Adela un autorretrato para que aquellos que tengan la amabilidad y paciencia de leernos en esta época de guasap y tuiter sepan con quién se están jugando los cuartos, que el tiempo es oro: con la debida dosis de pudor, perdonen la discreción, pasen y lean.

Quien firma estas letras es un madrileño de algo más de cincuenta años y los que anduvo a gatas, delineante de profesión, intolerante con la intolerancia, seguidor del Athletic Club y del Real Madrid de baloncesto, amante de su familia y de sus amigos, del cine, la comida, la historia (no en vano es licenciado en Contemporánea por la Complutense), la literatura, la música, la radio y del Carnaval de Cádiz (Juancarlista de los de Aragón Becerra) y aficionado, como ya habrán adivinado, a casi todo tipo de deportes que salgan por la tele, que lo de practicarlos ya es otra cosa.

A Gaspar lo escuché por primera vez cuando Jose María García lo contrató para su programa en Antena 3 de Radio, allá por 1982: en los más de treinta años siguientes he seguido su voz por todas las emisoras en las que estuvo y, cuando la radio lo abandonó (él nunca lo haría), seguí sus escritos a través de esta página a partir de 2004. En el foro que había en la misma por aquellas fechas se nos invitó a participar en un concurso en el que el ganador veía publicado su artículo a primeros de cada mes, tuve la fortuna de que Gaspar escogiera los míos más veces que ningún otro participante aquella temporada y, al final de la misma, obtuve como premios, aparte de los físicos (una foto firmada, un disco y una pluma), otros dos mucho más importantes para mí: conocerle personalmente y la oportunidad de poder seguir publicando artículos en esta su casa, algo que no dejé de aprovechar hasta aquel absurdo día de hace ya más de tres años.

Como dicen muchos de los que se dedican profesionalmente a ello, hablar por la radio, escribir libros o artículos de opinión significa mostrar públicamente tus más íntimos pensamientos, intentar explicarte a ti y a los demás tu visión del mundo: de esta necesidad parte mi afán por la escritura, y en mi afición al deporte encuentro el campo en donde poder expresarme con mayor o menor torpeza (no todos podemos tener el talento de Almudena Grandes). Por todo ello, aunque literalmente solo haya hablado con él cuatro días en mi vida, sufrí su pérdida como la de alguien que ha estado junto a mí durante la mayor parte de mi existencia: la mayor enseñanza que me dejó este amigo fue afrontar la vida con pasión. Aunque tengamos días y días, en eso estamos, Gaspar.

Alfredo Plaza

La pluma

La pluma, un nuevo espacio para veteranos y noveles
Siempre apostó por las nuevas generaciones, por aquellos que estaban terminando periodismo o sentía dicha vocación corriendo por sus venas. También apostaba por sus amigos, su familia y la lucha por un periodismo claro y sano. Él apostaba, en resumidas cuentas, por el juego limpio.
Es por esto que iniciamos una nueva etapa en el Refugio Personal de Gaspar Rosety de la mano de dos veteranos de esta web como son Alfredo Plaza y Diego de Vicente y también nuevas generaciones como Daniel Chanona, Beatriz Rosety o Adela Rosety.


Esta nueva sección busca mantener ese espíritu deportivo, literario, fresco, objetivo y emocionante que inculcó Rosety en cada narración, en cada artículo, en cada clase y cada día.


“El periodismo es la ciencia de buscar la verdad y el arte de saber contarla desde un procedimiento ético.”

Narración (partido de vuelta) del Borussia Dormunt – Real Madrid

Puedes escuchar parte de la narración del Borussia Dormunt – Real Madrid. Se jugaba el partido de vuelta de semifinales de la Copa de Europa en la temporada 1997/98 que finalmente ganó el Real Madrid. El partido fue narrado en Radio Voz a dúo por Gaspar y Teo Pereiró, a pie de campo Jorge García, Julio Menayo a los mandos técnicos y José Luis Corrochano en los estudios centrales. Como comentaristas estaban Fernándo Vázquez, Miguel Ángel Portugal, Javier Irureta y Paco García Hernández.

Narración del Real Madrid 2 – Borussia Dormunt 0

Puedes escuchar parte de la narración del Real Madrid 2 – Borussia Dormunt 0, el final de la 1º parte, y la 2º parte, donde se escucha el gol de Karembeu. Se jugaban las semifinales de la Copa de Europa en la temporada 1997/98 que finalmente ganó el Real Madrid.

El partido fue narrado en Radio Voz a dúo por Gaspar y Rodrigo Jiménez, a pie de campo Antonio Domingo Muñoz y Jorge García, con Juan Manuel Merino en el palco. Julio Menayo a los mandos técnicos y José Luis Corrochano en los estudios centrales. Como comentaristas estaban Marquitos, Manolo Velázquez, Andrés Resino, Goicoechea, Miguel Ángel Portugal y Fernando Vázquez.

Real Madrid 5 – Barcelona 0

Hemos rescatado el audio de parte del encuentro que se disputó el 7 de enero de 1995 entre el Real Madrid y el Barcelona y que acabaron ganando los blancos por 5 goles a 0. Los dos primeros goles de Zamorano no aparecen ya que el audio comienza a mediados de la 1º parte.

El partido fue narrado por Gaspar en la Cadena Cope en el programa “Tiempo de Juego” dirigido por José María García, en el campo estaba José Manuel Estrada a pie de campo y Julio Menayo en los mandos técnicos. Como comentaristas: Javier Clemente, Domingo Balmanya, Antonio Maceda y Jacinto de Sosa.


2º Etapa de Gaspar en la COPE

Tras marcharse de la Cope en su 1º etapa con José Mª García para fichar como jefe de deportes de Radio Voz, en la temporada 2001-02 regresa a la emisora para narrar los partidos más importantes y el Mundial 2002 de Corea y Japón.

A finales del verano de 2001 vuelve a Mestalla para narrar su primer partido, y José Antonio Abellán lo presenta como nuevo fichaje de la emisora, tanto en “Tiempo de Juego” como en el programa nocturno “El Tirachinas”, donde participa en su primer debate, entorno al fichaje de Zidane por el Real Madrid.

FINAL DE LA COPA INTERCONTINENTAL 1998

Antes de disputarse el actual Mundial de Clubes, se jugaba la Copa Intercontinental. En 1998, hace 20 años, se jugó entre el Real Madrid, campeón de Europa tras conseguir la 7º, y el Vasco de Gama, campeón de América. Ganó el Real Madrid 2-1 con goles de Roberto Carlos y Raúl. El partido se disputó en Japón.

Gaspar Rosety narró el partido en Radio Voz, os ofrecemos un resumen de aquel partido, desde el inicio del encuentro, los goles del partido, el final del partido y la entrega del trofeo como campeón del Mundo.