Mónica Eisen: «El Four Seasons consigue el concepto del lujo a través de su gente»

Adela Rosety en Madrid365 con Mónica Eisen

Mónica Eisen es la hotel manager del Four Seasons Hotel Madrid. Le encanta dar la bienvenida a los huéspedes y descubrirles el lado más íntimo de la ciudad y de su gente. Tras toda una trayectoria brillante en esta cadena de lujo, Mónica ha vuelto a su ciudad natal, en plena pandemia, para ser la guía de todo aquel que venga a disfrutar de la experiencia que ofrece el Four Seasons, situado en uno de los lugares más emblemáticos de la capital española y nos lo cuenta en la Azotea de Madrid365.

¿Qué se siente al inaugurar un nuevo cinco estrellas tras 70 años sin una apertura de este calibre?

Ha sido un proyecto emocionante en todos los aspectos posibles. Aparte de ser un gran hotel que se vuelve a abrir en Madrid sin referente anterior, también es el primer Four Seasons en España. Fue una responsabilidad y lo sigue siendo a día de hoy.

He tenido la suerte durante 15 años de trabajar en el Four Seasons en diferentes países. Querían fomentar el español y tenía sentido para la marca que viniese a mi ciudad natal. Yo soy feliz de venir a abrir una cadena que es muy importante para mí, con la cultura de servicio muy especial y precisamente en Madrid.

¿Por qué elige Four Season a Madrid?

La verdad es que Four Seasons lleva muchísimos años buscando en España un espacio especial. No teníamos preferencia por un lugar u otro. Madrid, como capital, era un “must have”, pero que si hubiera surgido una oportunidad antes en otro destino dentro de España, se hubiera hecho.

La gente me pregunta por qué Four Seasons, con 70 años de experiencia, ha tardado tanto en abrir en España y es porque hay muchos aspectos que analizar cuando abrimos un hotel: la ubicación, los criterios históricos… pero también una colaboración muy importante con los propietarios. Y hasta que no lo encontramos no nos lanzamos, pero ya estamos aquí.

Además, compaginaste este proyecto con el de ser madre ¿Cómo lo has hecho?

Llegué a Madrid con ocho meses de embarazo y tengo una foto que probablemente será la más bonita que tenga en mi trayectoria: en la azotea del hotel -donde ahora mismo está el Restaurante Dani García- cuando todavía seguíamos de obra, con unos 40 grados en Madrid, casco, chaleco amarillo y sin ascensor… Fue todo un reto y se consiguió, y yo llegué hasta allí.

Si te tienes que poner un casco, te lo pones, si tienes que estar en despacho, estás…  ¿Cómo es gestionar un hotel?

En la hostelería hay que saber o hay que entender, por lo menos. Hay que meter las manos en la masa. Es una industria que, si uno quiere dirigir, tiene que entender de todos los aspectos y de todos los oficios que tiene el hotel. Hay que saber estar ahí con los equipos y si eso requiere ponerse un casco, ponerse de recepcionista o ayudar con una habitación, se hace.

Además de lo evidente, como posponer la apertura, ¿cómo ha influido la pandemia en el Four Season Madrid?

Ha sido un reto añadido en una apertura que de por sí siempre es complicada y que nos ha obligado a cambiar un poco la forma de trabajar.

Dentro de Four Seasons, por ejemplo, siempre hemos tenido un responsable de Higiene. Es algo muy importante ya sea para el control de productos, la forma en que manipulamos los alimentos o simplemente la forma que limpiamos la habitación. Con la pandemia se ha reforzado porque la percepción del cliente ha cambiado mucho.

La sonrisa también es algo fundamental en nuestro trabajo y hemos hecho entrevistas a gente con mascarilla porque todos nos tomamos extremadamente en serio el coronavirus. Ha sido muy bonito ver cómo los ojos y el lenguaje corporal pueden reflejar la personalidad y conseguir dar un servicio de 5 estrellas con ese calor humano, aun usando la mascarilla.

¿Ya tenéis la totalidad del personal contratado o ha sido algo progresivo?

Teníamos que abrir el 15 de mayo del 2020, los equipos empezaban el 1 de abril y el 12 de marzo nos confinaron. Acabábamos, literalmente, de terminar las entrevistas y la selección del talento. Ese talento que nosotros consideramos lo más importante en el hotel porque las personas son la clave del éxito. El hecho de haber encontrado ese talento hizo que nuestra prioridad fuera mantener, cuidar y asegurarnos de no perderlo. Y, efectivamente, en cuanto pudimos abrir, mantuvimos todos los puestos.

Y en cuanto a la ocupación ¿cómo ha ido evolucionando?

Cuando abrimos el hotel había una incertidumbre absoluta y la sigue habiendo. Se creó un turismo local de fin de semana que ha sido un apoyo enorme. Los primeros meses pensábamos que estaríamos a un 17% y nos encontramos con fines de semana con un 35% de ocupación. Y eso era gracias a los madrileños y al poco turismo que venía a Madrid desde otros puntos de España. Esa clientela ha sido un apoyo inimaginable. Ahora empezamos a tener un poco más de clientes internacionales: los huéspedes Four Seasons empiezan a despegar y estamos encantados. Tener un 40% para un año como el que hemos vivido no está nada mal.

Es un hotel que tiene más cliente extranjero que nacional, ¿qué ofrecen al cliente español para que cambie ese punto de vista?

En primer lugar, hemos conseguido abrir las puertas de unos edificios que llevaban cerradas muchísimos años, pero hay tantísimos madrileños que tienen alguna historia que contar de estos edificios… desde el que fue a firmar un contrato hasta el que fue a cambiar sus últimas pesetas… De por sí hay un valor histórico que es impresionante pero además el Hotel tiene una oferta gastronómica, de restauración, de relax como el spa, que son experiencias que se pueden encontrar solo en grandes ciudades o capitales internacionales como Nueva York y que no existía en Madrid.

Ofrecemos pasar una noche romántica, ir al spa, hacerse un facial maravilloso, subir al restaurante Dani, con esa terraza y una copa de champán, una cena maravillosa… -todavía tenemos que abrir otro restaurante que tiene un concepto espectacular de coctelería-, es sin duda una combinación de muchísimos factores que crean una noche especial y divertida.

¿Por qué tengo que ir al Four Seasons y no a otro hotel?

Por la gente. Vamos a conseguir que el concepto de lujo vaya mucho más allá que lo que normalmente se cree… más allá del oro, de lo material. Eso no es el lujo: el Four Seasons lo va a conseguir a través de la gente y es una experiencia inolvidable.

¿Es “caro” la palabra adecuada para referirse a todo lo que se ofrece en Four Seasons?

Para nada. Normalmente se asocia la palabra lujo a caro, pero yo soy fiel creyente de que el lujo es un sentimiento: no es material. Por ejemplo, cuando voy al bar de la esquina de mi casa y me ponen un pincho de tortilla porque saben que me encanta antes de que lo pida, eso es un lujo. El lujo no tiene que estar asociado a lo caro. Lógicamente estamos hablando también de un espacio prestigioso y eso sí que puede tener un precio pero Four Seasons Hotel Madrid recibe a todo el mundo para que sea parte de la experiencia: desde un café hasta experiencias mayores, generamos sentimientos.

¿Qué requisitos hacen falta para formar parte de plantilla Four Seasons?

Es muy sencillo. Seguimos buscando personal y lo que buscamos es actitud. Y con eso me refiero a la humildad, amabilidad, gracia natural, carisma… porque cuando tenemos eso, el 80% del camino está hecho. Lo demás, lo más técnico, se aprende, para eso estamos nosotros, para enseñarlo. Hay que admitir también que para ser chef, por ejemplo, algo hay que saber de cocina.

¿Qué es lo que más te gusta de tu trabajo?

Que todos los días son diferentes. Me divierte el hecho de llegar por la mañana y aunque tenga una idea de cómo va a ser mi día, las situaciones que pasan continuamente en tu organización hacen que tengas que adaptarte. Pero, sobre todo, que es un trabajo que está directamente ligado a las personas. Me encanta el contacto humano y poder trabajar con gente maravillosa y tener huéspedes espectaculares. ¡Es un gustazo todos los días!

¿Cuál es el momento más divertido que has vivido?

La verdad es que tendría para escribir un libro. Un ejemplo: estaba trabajando en el restaurante como camarera, y estaba un jeque árabe muy importante que, de hecho, formaba parte de la propiedad del hotel en el que trabajaba. Estaban comiendo y, de pronto, empiezan a caer gotitas de agua del techo. Mi reacción natural fue ponerme debajo, en plan Bob Esponja, y absorber el agua, esperando que así se notase menos o que la gente no lo viese. Estuve una hora y media trabajando de esponja sin que nadie se diese cuenta.

Y, por el contrario, ¿cuál ha sido la situación más dura que has tenido que afrontar?

La verdad es que cuando uno dice que en un hotel pasa de todo es porque pasa de todo. Un hotel está abierto 24h al día, todos los días del año y eso conlleva una cierta responsabilidad en muchos aspectos. Por ejemplo, he tenido que pasar por los atentados de París, en donde lo que más me importaba era asegurarme que los huéspedes y los equipos estaban bien. Hay momentos que uno nunca se espera, pero que por desgracia pasan y pueden ser muy dolorosos.

¿Cómo viviste los atentados?

Acababa de salir del hotel cuándo me llamó una amiga de Madrid para ver si estaba bien. Así me enteré. Estaba en un restaurante y en ese momento empezaron a sonar todos los teléfonos y nos dimos cuenta de que había pasado algo. Me fui corriendo al hotel, activé el modo acción lock down, proteger y cerrar el edificio pero a la vez empezar a buscar a todos los huéspedes. Fue una secuencia de atentados y teníamos a algunos huéspedes en Le Stade de France, (el estadio de futbol), y teníamos que asegurarnos de que llegasen al hotel, contactar con los equipos, dar apoyo a quienes no podían movilizarse. Fueron 72 horas sin dormir, pero gracias a Dios no tuvimos ningún herido directo relacionado con el hotel.

¡72 horas sin dormir! no lo puedo imaginar… soy una adicta a las camas de hotel, y quiero que me cuentes… ¿Qué es la Fat and Sexy Bed?

Es una creación de Four Season. Cuando se preguntó qué es lo que más le apetecía al cliente cuando llegaba de un largo viaje, de un día de trabajo, cuando había hecho doce horas de viaje que es lo que buscaba en una cama llegamos a la conclusión de que había que dejarse de tanta tela y cojines decorativos (que a muchos no les gusta) y quiere ofrecer una cama “fat” (gordita) a la que tengas ganas de, literalmente, tirarte encima; y “sexy” porque te apetezca tirarte sobre ella. Una cama limpia, a la cual cuando uno llega, deja las maletas a un lado, salta y se tira encima. Eso es la Fat and Sexy Bed.

Carlos García Hirschfeld: “Cada año hay 1.500 dramas familiares… un accidente no los mata pero les cambia la vida”

Chiflis en la Azotea de Madrid365


Adela Rosety en Madrid365 con Carlos García Hirschfeld

Impacto TV le acercó al gran público y, tras años de una carrera periodística blindada por el sello de los grandes grupos mediáticos de este país, Carlos García Hirschfeld hace un repaso de su trayectoria, proyectos personales y profesionales, donde siempre ha primado la labor de informar honestamente, en la Azotea de Madrid365.

A los 11 años dejaste Málaga para instalarte en Madrid, ¿Cómo lo viviste?

Cuando tienes 11 años eres muy consciente de todo y te desarraigan de tu vida, de tus amigos, de tu familia. Madrid es la ciudad de los sueños, aquel que los quería cumplir venía a la capital. Me siento malagueño, gaditano, madrileño, incluso ginebrino; me siento de aquellos lugares en los que soy, aquellos que han aportado y aportan en mi vida. Me siento muy a gusto en cualquier lado, pero para mí Madrid quizás es la ciudad, indudablemente, más acogedora. Nadie te pregunta de dónde eres cuando vienes a Madrid.

¿Cómo fue tener al maestro Hermida como mentor?

A Hermida le admiraba muchísimo desde pequeño. Recuerdo ver con 5 años la llegada del hombre a la luna y creo que para todos los que vivimos aquello Hermida forma parte de nuestro imaginario. A los 12 años me di cuenta de que quería ser periodista. Empecé en la radio y él trabajaba en TVE pero de repente coincidimos en A3. A través de Antonio Izquierdo le pasaron mi CV. Tuvimos una primera reunión muy marciana pero, claramente, nos caímos muy bien.Trabajar con Jesús y que se convierta en tu maestro fue increíble. A mí me ayudó mucho y hoy me sigue ayudando. Yo hoy soy el periodista que soy y el empresario de comunicación que soy gracias a que trabajé con Jesús.

Avanzaste rápido y en el ‘97 ya presentabas ImpactoTV, programa que se vio mucho, ¿cómo lo viviste?

Para mí el cambio fue bastante gradual porque desde que empiezas en la televisión, la gente empieza a reconocerte por la calle, te miran, alguien te pide un autógrafo. Luego el trabajar con Hermida supuso un salto. En el periodismo, lo normal, excepto casos puntuales, es tener una trayectoria de sube y baja. Un día eres amadísimo y al otro no saben qué hacer contigo. El ver esto en otros compañeros me ayudó mucho a vivirlo con más tranquilidad cuando me tocó a mí.

¿Cómo fue?

De repente estaba haciendo un programa que era uno de los programas estrella de la cadena. Tengo la suerte de que mi mujer no tiene nada que ver con este mundillo y eso es una protección para no volverte loco. En el año ‘99 salgo de ImpactoTV hago un programa que se llamó Por la Escuadra y nos pegamos una leche descomunal y de repente me convierto en una piedra en el zapato. Es muy jodido pero pasa.

¿Cómo afrontas los momentos complicados?

Soy muy optimista y eso hace que los momentos complicados uno los viva mejor. Además los que somos empresarios somos un poco inconscientes, si no no haces una carrera como empresario. Eso y el optimismo hacen que sufras mucho menos en los momentos que te va mal. Tener un entorno de muy buenos amigos y una familia ajena a esto hace que los malos momentos sean pasajeros y no les doy mucha importancia.

Ahora tienes tu propia productora, ¿cómo nació?

Llevaba mucho tiempo queriendo ser empresario y nunca era el momento. En 2004 apareció Siro López para llevarme a Telemadrid. Le dije que si me garantizaba un programa de dos años y me permitía hacer mis cosas, me iba con él. Estuve los dos años en Telemadrid y a partir de 2006 me dediqué por completo a La Nuez y la verdad es que soy muy feliz.

Soy un empresario de producción de programas de televisión, de organización de eventos deportivos -principalmente de golf, aunque también he hecho cosas de tenis- y hacemos también comunicación para empresas y comunicación audiovisual. Las tres cosas me apasionan y me parece fenomenal el que algo que te produce pasión personal lo puedas convertir en tu fuente de generación de riqueza o de un sueldo.

Seguridad Vital es un programa que informa y denuncia situaciones de tráfico ¿cómo surge?

La primera cobertura importante que hice, en junio del ‘87, fue un accidente de tráfico horrible en el que eran 45 pasajeros y mueren 38. Jugó un importante papel de manera inconsciente. Eran de una residencia de ancianos de un pueblo de Aragón que iban hacia Galicia y mueren 38 de ellos. Fue una cosa tremenda.

Hace unos años un amigo estaba en un Instituto de Seguridad Vial y me dijo que desde Paco Costas no se había hecho un programa de seguridad vial y que por qué no se lo proponía a TVE. Empezamos a moverlo y tras tres años, en 2009 conseguimos hacer 13 episodios. En 2015, hicimos casi tres años y 133 episodios, y tras dos años de ausencia en 2020 conseguimos regresar a TVE.

¿Por qué la Seguridad Vial?

Me gusta que las cosas que hagamos tengan algo de sentido, que si con el programa tú puedes cambiar algo pues fenomenal. Tampoco yo soy muy partidario de que los periodistas podamos cambiar el mundo porque creo que los que tienen que cambiar el mundo son los políticos con la ayuda de la sociedad, pero los medios de comunicación también debemos ayudar.

¿Cómo está la seguridad vial en España?

En España las cosas están increíblemente bien, pero seguimos teniendo 1.500 muertos todos los años. Son 1.500 dramas familiares, amigos; son muchas personas afectadas a los que un accidente no los mata pero les cambia la vida radicalmente.

¿Qué opinas sobre las nuevas medidas de reducción de velocidad?

Creo que hay mucha polémica respecto a las velocidades a 30 en las ciudades. Hay ciudades como Bilbao en las que ya está todo a 30. En Madrid es sólo a 30 en calles que tengan un único carril por sentido, ¡ahí tú dices “qué locura!”, pero por ejemplo, si tu atropellas a una persona a 50km/h las probabilidades de matarla son muchísimos mayores que si la atropellas a 30 que hay muy pocas posibilidades de que muera o sufra alguna lesión grave.

¿Qué podemos hacer los periodistas para ayudar a mejorar el mundo?

En mi opinión, la información debe ser lo más veraz posible dentro de la honestidad, o sea, la objetividad no existe. Hay que intentar ser veraz y contar las cosas a la gente honestamente.

Tu faceta más desconocida es la de bloguero, quizás, la manera más interesante de conocerte, ¿por qué ese nombre, La Cabra En El Garaje?

La Cabra en el Garaje es, probablemente, la mejor manera de saber quién soy yo, efectivamente, y saber qué opino sobre muchísimas cosas: política, vida, religión, el ser humano en general. Me gusta mucho porque hay veces que escribo cosas que le gusta a un sector de mis amigos y los otros me ponen a parir. Muchas veces alguien piensa que yo opino radicalmente como él y escribo algo que no tiene que ver con ese sentimiento y entonces de repente me escribe “pues me has decepcionado” y yo le digo: “pues no sabes cómo me alegro” (risas).

¿Por qué está “desaparecida” la cabra de tu garaje?

Fue precisamente cuando murió mi suegra. En el comienzo del coronavirus, a las dos o tres semanas, publiqué una cabra en la que yo criticaba a la gente que estaba en trincheras con lo del virus y me dieron leches por todos sitios. Unos me decían que estaba criticando al gobierno injustamente, otros que estaba defendiendo al gobierno y me generó tal malestar que dejé de escribir y llevo como un año y pico sin hacerlo aunque con muchas ganas de volver.

Curro de Candela: «Tenía más ganas de irme a una residencia y estar con personas mayores que de subirme a un escenario»

Adela Rosety en Madrid365 con Curro de Candela

Curro de Candela es el resultado de todo lo que se ha sembrado antes en su vida. Bailaor de cuna, de madre española y padre italiano, ambos dedicados al flamenco. Influenciado por la música flamenca, africana y cubana, entre otras, ha sabido crear un estilo propio. Un estilo que ha marcado la diferencia entre él y el resto.

Curro de Candela Azotea Madrid 365
Curro de Candela en La Azotea de Madrid365

Antes de nacer ya te habías subido a un escenario. Pocos artistas pueden decir esto…

Es cierto que estando mi madre embarazada seguía actuando. Evidentemente no me puedo acordar pero todo en el entorno de una mujer embarazada influye: lo que escucha, lo que hace, etc. Es el caldo de cultivo perfecto para que continúes con el arte o, al menos, para que continúes la vida con un perfil artístico. No hay un perfil de artista definido, un prototipo como tal. Hay muchos artistas que se dedican a otras cosas, por ejemplo, Gaspar Rosety, un artista del periodismo, tenía ese rollo de artista aunque no cantara o bailara.

¿Cuándo fue la primera vez que bailaste?

Fue a los 18 o 19 cuando decidí dedicarme y entregarme al flamenco. Cuando empecé fue como si llevara toda la vida. No hubo un hecho relevante que influyese como tal, me empezó a llamar la atención y decidí seguir ese camino.
Empecé porque me gustaba, siempre pensaba en ofrecer algo de calidad, ser un gran profesional y darle al público lo que se merece y espera de mí. En definitiva, estar a la altura. Además, el respeto innato hacia el flamenco hace que te ofrezcas en cuerpo y alma sabiendo que tienes que tener unas condiciones para hacer un buen trabajo.

¿Cómo ha influido tu madre en tu carrera profesional?

Es curioso: está influyendo ahora más que nunca. Mi madre está siendo mi mayor apoyo en estos momentos tan duros. Viene a los ensayos, ayuda y aporta como si yo fuera un principiante. Y es que, en parte lo soy, porque está siendo como volver a empezar. Es como un renacimiento y ella juega un papel fundamental. Viene al estudio, se pone a cantar, nos anima y de pronto pienso, de qué me voy a quejar yo mientras con todos los palos que ha vivido ella. Entonces, le respondo trabajando y entrenando fuerte.

Los grandes desconocidos son tu padre y tu hermana. ¿Qué papel tienen ellos en tu trabajo?

Mi padre está jugando un papel importante también, como mi madre. No se da cuenta que en un consejo me ha ahorrado 3.000€ de terapia. Mi padre es primo hermano de José Greco, uno de los más grandes de la danza española y tenía su compañía de gira por EEUU siempre, elevando el flamenco y la danza española a categorías altísimas. En su compañía llegó a estar Paco de Lucía, Farruco y artistas muy buenos porque quería rodearse de lo mejor: no tenía miedo a que le hicieran sombra, al revés. Y mi hermana tiene muchísimas cualidades, comenzando por su juventud que conjuga con su equilibrio y su madurez. Tiene una profundidad y maravillosa sensibilidad, un corazón enorme y a la vez esa eficacia y esa visión pragmática de las cosas para sacarlas adelante. Es una trabajadora incansable.

Vuelves a empezar. ¿Qué nuevos proyectos vienen?

Vienen nuevos proyectos. “Genios”, en una versión que va con la Orquesta Sinfónica y otra que es más acústica, en la que va acompañado de un violín, únicamente como representante natural de la música clásica.

También estamos trabajando en un nuevo espectáculo -que se iba a estrenar en julio de 2020-, que hemos retomado y ajustado a la situación actual porque cuando llegó la pandemia fue como si nos pusiera una bomba en el cimiento base de esta producción. Es un proyecto ambicioso, tanto para mí como para todo mi equipo porque su objetivo es conseguir que el flamenco y otras disciplinas sigan vivas y que no se convierta todo en el mismo “look”. Tiene un gancho de entretenimiento y diversión que es la herramienta para enamorar y atraer a la gente joven. Se compone de música moderna, con el cuidado y cariño para que siga siendo buena música, -todo depende del grado de elaboración- y trabajar el paladar de la gente joven.

Es un proyecto completamente distinto a todas las producciones anteriores que llevan el sello de curro de candela. ¿Nos adelantas algo?

Efectivamente es completamente diferente. Es una locura, pero me da igual porque tiene calidad.
Os pongo en situación: imaginemos que estás en una discoteca a las tres de la mañana, gracias a Dios la pandemia ya ha pasado y te pueden poner un tema mío, que te lo vas a gozar. Lo vas a bailar, vas a coger a la persona que tengas al lado y le vas a dar un beso en la boca muy sensual. Estamos trabajando con música electrónica, con la colaboración de mi tío Dani que ha sido uno de los productores más importantes y pionero en España del Hip-Hop, y con música con raíces afroamericanas.

Si tuvieses que definirlo en una frase, ¿cuál sería?

“Fucking crazy pero moito rico, moito rico – fucking crazy”.

¿Cuál ha sido el lugar más raro en el que te has inspirado?

El baño. El baño para mi es súper inspirador… no sé por qué. Hay una parte de Afrogitano que es pura percusión y dificilísima, contundente y compleja, que nació en el baño de la Asociación de Profesionales de la Danza, en cinco minutos. No es peor ni tiene tintes fecales el inspirarse en el baño (risas). La acústica del baño es tremenda. Y cuando te vienes arriba y te crees Mozart, alguien tira de la cadena y vuelves a la normalidad. Aunque mi sitio típico suele ser la M30, mientras conduzco. Es una cosa rarísima, pero se me van ocurriendo cosas.

La situación actual ha golpeado al sector cultural y hemos visto el cierre de algunos tablaos históricos de Madrid. ¿Cómo ha afectado a tu compañía?

Francamente, ha sido horrible. Agradezco a quien dice lo contrario por el mensaje de positividad pero también hay que decirle a la gente que si se siente mal no pasa nada. No todo es un post de Instagram. Es normal con esta situación tener más días malos que buenos pero espero que nos sirva para valorar y aprovechar esos pasitos hacia adelante y no pararnos.

A raíz de la pandemia has lanzado una fundación que se llama Curro de Candela Factory. ¿Qué hacéis?

Dar visibilidad a artistas que no han tenido oportunidad de tenerla y dar ese espacio mágico y diferente, con colaboraciones de otros que sí tienen esa exposición y reconocimiento público. De esta manera, unos tiramos de otros, seguimos creciendo, creando arte y afición. Tenemos que hacer mucha autocrítica. Se han vendido muchas cosas que no tenían la calidad que nuestro público merecía. Tu oportunidad es la entrada que paga tu público y si esa oportunidad la pierdes es muy difícil de recuperar la confianza. Si es así hay que volver a enamorar al público y para ello necesitamos esta plataforma y a estos artistas a los que Dios ha tocado con su varita.

¿Ha dejado Madrid escapar mucho arte?

Madrid es una ciudad muy cosmopolita. Una ciudad que ha tenido un pico cultural altísimo pero no se le ha hecho ni caso. Por ejemplo, en los años 2000 había artistas de una calidad espectacular que si llega a ser otro lugar -como Italia por ejemplo- montan la Capital del Mundo de la Música. Aquí la gente se quedó con la imagen del inmigrante ilegal y no vio, por ejemplo, que los senegaleses habían traído danza y música impresionante, que se juntó con un grupo de cubanos, más los que estamos aquí… Ha sido una mezcla y fusión de culturas maravillosa y enriquecedora que no se vio. Ha sido un caldo de cultivo que no se ha cuidado y protegido.

¿Cuándo crees que volverás a los escenarios?

Espero volver en septiembre u octubre, pero quizás un poco antes retomemos el contacto con el público. Tampoco he querido hacerlo antes porque estando en una situación en la que se estaba muriendo tanta gente, no era capaz de meterme en un teatro y ver a una persona a cuatro metros de otra, con mascarillas… No he tenido fuerzas para hacerlo, la verdad. No te digo que esté mal solo que yo no he tenido fuerza y motivación para hacerlo. Tenía más ganas de irme a una residencia y estar con personas mayores que de subirme a un escenario. Ahora que parece que se ve algo más de luz y los mayores están protegidos pues se van recuperando esas ganas.

¿Ahora ya te ves con fuerza?

Ahora me veo con fuerzas para hacer ese ejercicio con buena actitud, con todo el cariño del mundo y retomando esa relación y conexión tan bonita y especial que se ha generado siempre entre el público y yo. Tomaremos todas las medidas necesarias y cuidar tanto a nuestro público como nos cuidamos entre los miembros de mi equipo. Me va a doler ver a las personas con mascarilla pero más me dolería verlos en un hospital. Para cuando volvamos esperamos que este mejor la situación y que las personas que tienen un perfil más vulnerable ante el COVID estén ya protegidas.

Reyes Bellver: “Estamos trabajando en igualdad no sólo en el terreno de juego sino también dentro de las instituciones deportivas”

Reyes Bellver en La Azotea de Madrid365

Adela Rosety en La Azotea de Madrid365 con Reyes Bellver


Reyes Bellver, abogada deportiva, socia fundadora de Bellver Sports y presidenta de la plataforma Leadership Woman Football, nos cuenta su punto de vista sobre dos cuestiones polémicas de actualidad en el mundo del fútbol como es la Superliga y la profesionalización del fútbol femenino.

Emprendedora, carismática, con mucha garra y pasión en su labor, Reyes nos habla en la Azotea de Madrid365, un espacio de libertad y expansión,  sobre su trabajo por el reconocimiento de la mujer en el fútbol.

¿En qué momento te diste cuenta de que querías encaminarte hacia el derecho deportivo?


Fue en la carrera, cuando empecé a estudiar derecho, porque lo veía como unir mis dos pasiones: el fútbol y el derecho. Estudie por vocación: me gusta mucho pelear contra las injusticias e intentar cambiar cosas a través del derecho. Y el fútbol era un hobbie, porque hace doce o quince años no existía como tal un derecho deportivo, con tanta formación, cursos o despachos que han apostado por él.

Conocía a algunos pioneros en España, abogados que recurrían tarjetas amarillas, rojas, expulsiones, hacían recursos a nivel internacional y me parecía como algo por explorar pero también como un sueño… unir esas dos pasiones.

¿Tu padre ha influido en que te dediques al mundo del deporte?


Al principio incluso todo lo contrario. Empecé trabajando en una Big Four, un trabajo bastante bueno y con muchas posibilidades, en un área internacional y trabajábamos mucho con fiscalidad. Siempre me había gustado lo internacional y mis padres estaban muy orgullosos, pero yo siempre tenia la inquietud del deporte ahí.

Para la generación de mis padres pensar que esto podría ser una profesión de la que vivir les causaba un poco de recelo, pero a la vez mis padres siempre han apostado mucho porque si tienes algo muy claro, luches por ello. Entonces al final cuando lo planteamos sobre la mesa, ahí sí me apoyaron. Había que pasar por estudiar un máster en derecho deportivo o reorientar mi carrera profesional.

Tras varios meses sin público en los estadios, sin poder ir a animar a nuestros equipos y selecciones, ¿cómo has vivido la vuelta al campo?


He vuelto al campo, por la Copa de la Reina, en el fútbol femenino. Tuve la posibilidad de ver en Leganés la semifinal y la final, y la verdad es que fue una experiencia un poco extraña porque hacia muchísimo tiempo que no acudía en vivo al estadio. Verlo con las distancias, los protocolos, con ese cuidado de no comer, no sentarte al lado de nadie es un poco extraño porque el fútbol al final hay que vivirlo con gente. He ido toda mi vida con mi familia, ahora voy con mi marido, con mis hijos… es algo muy familiar -el abrazarte, comentar, estar criticando las jugadas es parte del espectáculo-, y ahora es como estar en un sitio en el que tienes que mantener las formas y las distancias, pero me hizo mucha ilusión porque tenía ganas de volver.

¿Qué es Leadership Woman Football? ¿Qué hacéis?


Leadership Woman Football es una plataforma que constituimos en 2018. Llevamos poquito tiempo, pero creo que hemos dado pasos importantes. Creo que sensibilizar en el tema de la igualdad de género es muy importante y nuestra plataforma internacional, busca poner en común a personas de todo el mundo que quiera participar en esta transformación de un deporte mejor y de una sociedad mejor.

También trabajamos mucho la diversidad en todos los aspectos: cultural, racial, generacional, de todo tipo porque es muy importante dentro del buen gobierno del deporte, así como otros temas, como el liderazgo: trabajar con nuevos líderes, liderazgo inclusivo para que sea más abierto y también con las juntas de gobierno de instituciones deportivas, de clubes, para que los consejos de administración sean mas diversos, no sólo con las mujeres sino también con gente joven, con ganas y que se combine con la gente tiene muchos años de experiencia.

Eres una mujer que lucha por la igualdad en el fútbol, ¿cómo se vive esta lucha en un mundo protagonizado por hombres?


Lo vivo con naturalidad, desde siempre he trabajado con hombres y aprendí a ver con normalidad el hecho de estar en un evento de derecho deportivo donde hay 40 hombres y 5 mujeres, por ejemplo.

Durante mi formación en los distintos másteres y eventos siempre el ambiente ha sido mayoritariamente masculino porque el fútbol es mayoritariamente masculino. Creo que lo primero que hay que hacer es aceptar la realidad y no pasa nada porque la mayoría sean hombres mientras haya oportunidades para todos. Éste es el punto en el que hay que enfocarse para poder hacer algo y mejorar la situación, dando paso a mujeres y nuevas generaciones, que no tengan ninguna barrera y se tengan las mismas oportunidades que un compañero para entrar, estudiar, tener unas prácticas o trabajar en un club de fútbol.

¿Qué opinas sobre la profesionalización del futbol femenino?


Es una gran noticia. Todo lo que sea avanzar en darle el sitio a las categorías deportivas, ya sea de fútbol o en cualquier otro deporte es mejorar, dar un paso más para que el deporte en general sea más profesional, en el sentido de que las ligas tengan una competitividad más similar a la que tiene el deporte masculino. Así podrán entrar otros actores en juego al crearse una liga profesional, en donde se puedan participar en negociaciones, conversaciones, otros profesionales que puedan tratar de aportar para su conocimiento, etc.
Lo importante es crear estructuras, con un periodo de tiempo definido y cumplir unos objetivos marcados, que es un poco lo que faltaba: una estrategia clara e instituciones con personas profesionales dedicadas a ello.

¿Crees que se cumplen los requisitos para que esta modalidad se equipare a la masculina?


Creo que se tienen que modificar bastantes cosas, porque nuestra normativa es bastante antigua. La Ley jurídico-deportiva, en general, o la Ley del Deporte es de los años 90. Tenemos varias reglamentaciones que son de los años 80 o 90, ya sea de deportistas profesionales como de Sociedades Anónimas Deportivas o ligas, federaciones deportivas, etc… Hay mucho que mejorar porque el deporte ha ido progresando y en el momento en el que se decidió quienes era profesionales y quienes no, el fútbol femenino no tenía ese recorrido. Hay que ampliar esta profesionalización a otros deportes como baloncesto, balonmano y adaptarlo sin crear otras injusticias. Estamos avanzando y hay mucho que planificar con cuidado porque al no haber nada tiene que ser una planificación estratégica.

¿El contexto social de la lucha por la igualdad ha hecho que este acontecimiento histórico se haya acelerado?

Si, el tema político ha sido importante porque el trabajar por la igualdad en todas las áreas es una de las prioridades para el Gobierno actual y parece evidentemente que el deporte no puede quedar atrás. El tema es que no quede en propuestas políticas y que se lleve adelante. Que no haya cambio de responsables o partidos políticos y la estrategia cambie de nuevo o se termine, como ha sucedido, por ejemplo, con la Ley del Deporte. Está siempre sobre la mesa, hay un anteproyecto, todos los partidos políticos quieren cambiarla y mejorar el deporte pero luego no se ponen de acuerdo y hay que volver a empezar.

¿Por qué el fútbol y no el baloncesto?


Las jugadoras de fútbol tienen mayor visibilidad que las jugadoras de otras disciplinas como baloncesto o balonmano que incluso, a lo mejor lleva muchos años más jugando y tiene más títulos pero es porque este deporte, mundialmente, es el mayoritario, no solo en España, que eso es indiscutible, sino en todo el mundo. Esto hace que para temas de patrocinios, derechos de televisión y todo lo que es la imagen y visibilidad, la relación con los medios es más fluida porque estamos hablando de un deporte que interesa a mucha población. Lo importante es que no se sientan perjudicadas a nivel de oportunidades y que cada deporte esté al nivel que demanda la sociedad. Por ejemplo, cuando hablan de mujeres en los consejos de administración y te dicen en todas las federaciones que la proporción es de un 50%-50%, a lo mejor hay federaciones deportivas en las que hay más mujeres practicando ese deporte y al revés. Es bueno adaptar cada deporte y cada federación a su realidad.

Qué opinas sobre la Superliga, ¿salvación o desigualdad?


Es algo que no es nuevo. Es un proyecto que lleva muchos años, con distintos nombres, rondando en el fútbol profesional ya que es lógico que los clubes más poderosos quieran tener más implicación en la toma de decisiones y reparto de los ingresos.

Nuestro modelo deportivo europeo es piramidal y se basa en el reconocimiento: nosotros reconocemos a UEFA como Federación Española de Fútbol, la UEFA a su vez reconoce a la FIFA y todo compone un sistema que si alguien se sale del mismo, y deja de reconocer o de aceptar las reglamentaciones de esa federación que está en esa pirámide, el sistema se desmorona.

Pero si creas algo nuevo ya no estás del sistema, para lo bueno y para lo malo. Puedes crear tus propias normas, te repartes el pastel económico como quieres, buscas patrocinador, puedes ganar más dinero pero no estás dentro del sistema de sanciones, de la protección que te puede dar la jurisdicción deportiva, los órganos disciplinarios nacionales o internacionales o la protección de los futbolistas, que es muy importante.

El sistema actual no es el sistema más perfecto sino el que tenemos porque nos hemos puesto todos de acuerdo. La Superliga se puede crear pero si no estás de acuerdo con los organismos que están dentro y decides hacerlo aparte no vas a tener su sistema de protección. No vale querer un poco de una cosa y otro poco de otra. Lo vas a poder hacer si te pones de acuerdo con los que están y en este caso se ha visto que no lo estaban la UEFA, Federaciones, Ligas o la FIFA, no han apoyado la salida del modelo, pero en cambio, sí apoyan mejoras dentro del sistema.

¿Crees que veremos una mujer como presidenta de algún club o institución deportiva como algo habitual ?


Para mí este sería el punto clave, el punto que marcaría que estamos trabajando en igualdad no sólo en el terreno de juego sino también lo que es la mujer dentro de las instituciones: en los despachos donde estamos las abogadas de derecho deportivo, las gestoras, las futuras presidentas y vicepresidentas. A nivel global los números son muy malos, tenemos solo un 9% de mujeres en puestos ejecutivos que toman decisiones o que están en las vicepresidencias y presidencias de federaciones deportivas de futbol.

Hay mucho que trabajar aún, este sería el paso que verdaderamente generaría cambio. Para esto si que hay que elaborar una verdadera estrategia y comprometerse. Es algo natural que las mujeres estén interesadas en trabajar en el fútbol a nivel directivo, como gestoras y empiecen a formarse más y se especialicen en gestión deportiva y terminen gestionando clubes… esto generaría realmente más diversidad.

¿De dónde te gustaría ser presidenta?


A mí lo que me gusta es formar parte del cambio ya sea contándolo o sensibilizando, ayudando o generando algún cambio. No quiero quedarme en sólo palabras. La situación que tengo ahora es muy buena, queremos generar un cambio que perdure en el tiempo más que una institución como tal. Mientras sea fútbol, yo soy feliz.

“Gaspy” por Alfonso Ussía

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Gaspy en A3

Los días felices de la radio fueron los de Antena-3 en sus primeros años. Manolo Martín Ferrand creó un ambiente de libertad y compañerismo insuperables. Y ahí conocí a Gaspar Rosety, «Gaspy», el asturiano nacido en Madrid, generoso, culto y barítono, el mejor narrador de fútbol que ha parido madre. Formaba parte del equipo de José María García, junto a Torrico, Feito y Soria. Fernando Soria, granadino, que se hizo famoso cuando los «Marines» americanos invadieron la caribeña isla de Granada. Llegó a la redacción y alguien le dijo que los americanos habían invadido Granada. Trémulo y pálido como la cera, corrió hacia un teléfono y llamó a sus padres, que vivían en Granada, a los pies de Sierra Nevada, para preguntar si estaban bien a pesar de la invasión. «Gaspy», Amón y el que escribe acordaron organizar en su honor un homenaje, pero no hubo acuerdo general. «Gaspy», el gran amigo. Aunque su horario era vespertino, se acercaba todos los días a desayunar con el grupo de la permanente conspiración. Antonio Herrero, Luis Herrero, Santiago Amón –en ocasiones Pepe Cavero– y el arriba firmante. Amón le dijo un día: «Gaspar, eres de los pocos, por no decir el único, que narra los partidos sin decir sandeces ni equivocar palabras. Para que lo hagas perfectamente, tienes que leer a San Juan de la Cruz». Y ahí tuvimos a «Gaspy» leyendo el «Cántico Espiritual» durante semanas. «Santiago, para narrar un partido de fútbol, San Juan de la Cruz es innecesario, pero te agradezco que me hayas obligado a leerlo».

Cuando me presenté en 1991 a las elecciones presidenciales del Real Madrid, «Gaspy» se puso de mi lado a pesar de José María García. Creo recordar que fueron dos los hombres vinculados con la prensa que apoyaron mi candidatura. Gaspar Rosety y Francisco Umbral. A pesar de ello a punto estuvimos de ganar a Mendoza, y lo hubiéramos hecho de no ser unos pardillos. Supimos años más tarde que Lorenzo Sanz había introducido en las urnas los votos de los más de mil socios fallecidos en los últimos diez años. Para celebrar la maravillosa derrota, nos reunimos en una cena celebrada en el Club Financiero Génova en torno a quien habíamos designado por unanimidad en caso de victoria, Presidente de Honor del Real Madrid, Don Juan De Borbón, que nunca estuvo de acuerdo con mi candidatura. «Huye de ese mundo», me advertía. Y ahí estamos todos alrededor del Viejo Rey. «Gaspy» que habría sido el Jefe de Prensa del Real Madrid.

El doctor Diéguez, Jose Antonio Gómez-Angulo; Mónica Silva; José María Paz, que tenía un teléfono móvil que pesaba cuatro kilos; el fallido presidente; el fallido Presidente de Honor; Juan Guerrero Burgos, el «Panzer» de la candidatura; Julio García; Pedro Trapote; Luis Butragueño –nada que ver con el Relaciones Públicas del actual Real Madrid–; el gran Fernando Satrústegui, Ramón Calderón, Felipe Hinojosa, Javier Goya, Federico Alegre, y sentados, Luis Yáñez –el topo que nos coló Banesto a cambio de un crédito del Banco de Vitoria–, Alfonso López Pelegrín, Carlos Pérez del Camino, Carlos Dolz de Espejo y Eduardo Escalada, vocal de Agitación y Propaganda. Falta en la fotografía, por un exceso de timidez, la que fue nuestra extraordinaria secretaria de la candidatura, Mercedes Urquijo. Una foto para la Historia paralela del Real Madrid.

«Gaspy» era madridista, y en segundo lugar, del Sporting de Gijón. Nos reunimos a comer en decenas de ocasiones para recordar los tiempos pasados. Era un gran periodista, pero sobre todo, un hombre bueno, divertido, ameno, incendiario a la vez que tolerante, con un gran sentido del humor y una capacidad para entronizar la amistad fuera de lo común. Amón le decía: «Gaspar, para haber nacido en Madrid eres demasiado pelirrojo».

Y a «Gaspy» aquella opinión de Amón siempre le rompía una carcajada.

Con «Gaspy» se ha marchado toda una época feliz, inteligente e inolvidable, y le dejo mi elegía en este texto que nunca quise escribir.

Carlos Matallanas (Escrito por Gaspar Rosety en diciembre de 2015)

Hace bastante tiempo que sigo su recorrido vital, de futbolista y periodista a luchador infatigable y cerebral contra la ELA. Sé de él por su hermano Javier y por sus publicaciones, ahora ligeramente espaciadas, y me guía tras sus pasos la reflexión que muchas veces pido para el deporte o para el fútbol, en particular. Con el Cuento de Navidad a cuestas, todos queremos parecer mejores personas pero ni lo somos ni lo parecemos. Sólo jugamos a ser buenos.carlosmatallanas

 

Tengo constancia sobrada de la fuerza de voluntad de Carlos, un hombre al que puedes querer sin haberlo tratado, de su decidida batalla en beneficio de otros que lleguen detrás de él a la guerra cruel, injusta de la Esclerosis Lateral Amiotrófica. Una mente que se desata en el esfuerzo contra las cuerdas que intentan amarrar su cuerpo.  Carlos ha sabido unir sus pasiones, el periodismo y el fútbol, con su realidad dramática y reúne en su cebero más capacidad y potencia que un ejército de soldados batiendo el plomo contra el enemigo. Su vida nos ofrece una lección, la de no perder el tiempo en naderías, en enfrentamientos personales, en egoísmos que conducen al vacío, en falsas vanidades que no resuelven los problemas.

Ha conseguido fondos para que tengamos más investigación. Lo animo y lo haré hasta el último minuto mientras los sabios de nuestra España viajan por el mundo a costa del prójimo y gastan lo que no tienen en cuestiones que no se necesitan. Su vida vale por miles de vidas y nos necesita. ¿Vamos a quedarnos quietos mientras Carlos agota sus recursos? ¿Podríamos preguntarnos, al menos, qué podemos hacer? Hay respuestas.

“Alex Casademunt, el triunfito de la sonrisa eterna” por Adela Rosety

Gran parte de la generación Millennial llora hoy la pérdida de Álex Casademunt. El que fuera uno de los primeros triunfitos, perdió anoche la vida en un accidente de tráfico en Mataró.


Álex, ese chico rubio de sonrisa permanente, se metió en nuestras casas a través de la televisión y se hizo querer por todos los que estábamos viéndole desde el sofá. El chico risueño de ojos azules que se comía la cámara y al que la cámara adoraba.


Siempre pegado a su guitarra, disfrutando de la música y haciendo de ella su compañera de vida. Han sido muchos los que hoy escribían mensajes sobre Álex, mensajes que han salido en redes sociales, televisión y radio. Todos y cada uno de ellos emocionantes y llenos de sentimiento. Yo me quedo con el comienzo del mensaje de una de mis mejores amigas, actriz y bailarina, Rocío Riber que decía así: “No estamos preparados para no volver a ver a las personas que queremos. No me lo creo todavía, lloro y mucho, mi amigo bonito. Quiero hablar contigo y que me digas ‘Culinchi que es mentira, la prensa ya sabes’, pero no estás amigo. No asimilo que nos hayas dejado así, tan de repente. Te voy a echar mucho de menos, me sangra el corazón.”


Gracias a ella he podido ver un poquito esa faceta de la que tanto se está hablando hoy y he de decir que es una maravilla que hayas compartido esos momentos con una sonrisa y alguna risa entre lágrimas.
La noticia llega el día que empecé a perder a mi padre y casualidades de la vida que una de las canciones que más nos gustaba cantar era “Dos hombres y un destino”, canción que versionábamos y a la que le cambiábamos la letra. El chaval nos caía bien y no le conocíamos. No obstante, viendo la huella que ha dejado en mi amiga Rocío, tengo claro que en el otro Operación Triunfo de la vida se alzó con la victoria. El de generar un amor sincero y real en las personas. Estoy segura de que tanto él como mi padre se marcarán un buen dúo de bienvenida ahí arriba.

Querido Álex, te diría que descanses pero viendo la energía que rebosabas y la vida que desprendías prefiero decirte que la líes mucho ahí arriba.

Un beso enorme de Madrid al cielo.

‘LOS ÁNGELES VERDES’

(A.S. SAINT ÉTIENNE)

Los escribas de la historia dejaron de sacarle punta al lápiz cuando las primeras nieblas se dejaron ver por la ciudad. Caída la tarde y llegada la noche todo se tornó decadente y triste, la ‘ville’ se echó años encima, se hizo vieja de repente, en un incontrolado suspiro. Los buenos tiempos acababan de pasar y nadie supo verlo hasta que se dieron de bruces con la realidad.

Allí, en el costado izquierdo de Francia, en el yeyuno, hubo un tiempo, una época de esplendor que todo lo abarcó y que hizo de ese lugar el ombligo de la imperial y orgullosa Francia. Y aquel lugar era Saint Étienne, la Furanum romana, la Armeville de la Revolución Francesa, la capital del departamento del Loira, en la región Auvernia-Ródano-Alpes.

Parece que fue ayer pero han pasado décadas. Décadas en las que el Club más laureado de Francia, y por ende el más grande, ha ido sobreviviendo a base de su hermoso y lustroso pasado heráldico. Ese pasado que en los peores momentos de la entidad le recordó quien había sido y sobre todo, quien seguía siendo.

Hoy Saint Étienne es una ciudad moderna, que ha sabido reinventarse tras la caída en desgracia del carbón y de las otras industrias que alimentaban a la ‘ville’ tales con la de las cintas, las bicicletas y, sobre todo, las armas.

10 Títulos de Campeón de Francia, nadie ha logrado aún igualarlos, adornan sus vitrinas junto a 6 de Copa y 1 Copa de la Liga logrado en 2013, 31 años después de su último éxito, la Liga de 1981 con Michel Platini en sus filas. Demasiado tiempo, demasiadas decepciones, muchas caídas al vacío y sobre todo al mundo del silencio, ese mundo donde los focos no existen, donde la gente te da la espalda y donde, pese a tu glorioso pasado, ya no eres nada, o menos que nada.

El primer título de Liga data de 1957 y el último de 1981, en esa franja temporal se asentó el dominio ‘vert’ (verde); nadie podía derribar a la armada ‘stéphanois’. Los mejores jugadores, los más excelsos del momento y por ende de la historia vistieron los colores del club. Nombres tan granados como los de René Domingo, Claude Abbes, Aimé Jacques, los hermanos Revelli, Johnny Rep ‘El Tulipán Dorado’, George Bereta, Iván Curkovic, Michel Platini, Gerard Janvión, Cristian López, Jean Michel Larqué, Patrick Battiston, Osvaldo Piazza, Dominique Rocheteau ‘El Ángel Verde’,…y así podríamos seguir y seguir recitando nombre tras nombre y todos con su trocito de participación en la mayestática grandeza de ‘les verts’.

Pero por encima de todos esos nombres destaca uno sobremanera: Robert Herbin ‘La Esfinge’. Primero fue jugador, después entrenador y siempre un pedazo enorme de la historia del ASSE. 9 veces campeón de la Liga francesa; 5 como jugador, 4 como entrenador.

Herbin fue capaz de llevar a los suyos a una final de la Copa de Europa, la de 1976, aquella final que se disputó en el mítico Hampden Park de Glasgow. Allí el romanticismo y el lirismo no pudieron horadar la pétrea fortaleza germana del Bayern de Múnich. Dos postes a favor y un gol en contra certificaron la derrota francesa. Los ‘Ángeles Verdes’ no pudieron con los hijos de los nibelungos. Los ayes y lamentos se oyeron en toda Francia y en sus territorios de ultramar, y en el famoso hexágono; aquella fatídica noche para el fútbol galo se esculpió el molde de la desgracia y el victimismo que acompañó durante muchos años a todo el fútbol francés, incluida la propia Selección ‘Bleu’.

Aquella final de Glasgow quedó grabada en la retina de un niño que se sentó frente al televisor ilusionado y esperanzado por ver ganar al equipo verde. Aquel niño se sabía los nombres de los jugadores franceses y jaleaba y espoleaba, desde su cómoda posición, cada acción del ASSE. Aquel niño era yo.

Año 2020, ‘Les Verts’ transitan por la Ligue 1 en la zona de medianía de la clasificación. Ya no ostentan el glamour de entonces, ni despiertan la otrora admiración de la Francia futbolística, ya no tienen a los mejores jugadores del momento, y sólo del pasado mantienen su hermoso palmares y esa entregada afición que sigue poblando las gradas del mítico ‘Geoffoy Guichard’, el popularmente conocido como ‘Le Chaudron’ (‘El Caldero), el templo de los ángeles.

Pasear por Saint Étienne es hacerlo por la famosa plaza Jean Jaurés con su bonito quiosco de la música, es acercarse a la Catedral de Saint Charles, es visitar el Parque-Museo de la Mina, el añorado por muchos Pozo Couriot, ese pozo que desde 1913 a 1973 llegó a producir hasta 3.000 toneladas de carbón por día y dio trabajo a 1.500 mineros. Luego llegó el cierre, la involución y después el ‘refaire surface’ (el volver a empezar).

Saint Étienne pasó, hace mucho, página y se reinventó como otras tantas ciudades.  En 2010 fue considerada la primera ciudad del diseño en Francia. Hace décadas que dejó de ser la malquerida, la denostada, la apartada, la repudiada, la adultera del macizo central, la ‘petit ville’ del epigastrio francés. Hace tiempo que enterró sus atávicos miedos y erguida surgió de nuevo haciéndose un hueco entre la sociedad moderna. Saint Étienne ya no es la ‘femme fatale’ como antaño lo fueron la bíblica Dalila y la griega Medea.

Pasear por Saint Étienne es comer en ‘La Pampille’ acompañado de un buen Côte Rôte y cenar en ‘Un Elephant’ regado por los aromas deliciosamente dulces y envolventes de la historia ‘Vert’, apresando, aquí y ahora, el tiempo que fácil se va. Los ángeles existen, son verdes y los capitanea Robert Herbin.

                                                                           DIEGO DE VICENTE FUENTE

MISLATA (VALENCIA) A 7 DE OCTUBRE DE 2020

LOS LATIDOS QUE NO SENTÍ

(recordando a mi hermano Nicolás)

“Creí que era una aventura,

y en realidad era la vida”.

                  -Joseph Conrad-

Nunca se está preparado para el drama, si para la comedia; la una desgarra y te consume, la otra te hace feliz y te saca la mejor de tus sonrisas. Nos pasamos toda la vida alternando el drama con la comedia, el llanto con la risa. A ratos somos felices, a ratos una melancólica tristeza invade nuestro corazón, el auténtico instigador de nuestros sentires mundanos. Simplemente es la vida, y llanamente es vivir.

Hace ya un año que él, mi hermano Nicolás, decidió que ya no valía la pena seguir presentando batalla. Hastiado y vencido se lanzó al vacío para dar por concluido su periplo vital. Claudicó, se rindió, se entregó manos abiertas, brazos caídos y rostro decolorado y desencajado. El escaso valor que le quedaba, que siempre se supone que tenemos, lo utilizó para subir los pocos escalones que separan el rellano de nuestra casa familiar de la azotea. Y allí, solo y abducido por su dolorosa pena se tiró. Y todo acabó para él. Se llevó consigo su angustia, su desazón, su taquicardica alteración emocional, esa que en un postrer momento lo atenazó y lo comprimió. Su mente enfermó, su cerebro se convirtió en un indescifrable laberinto cretense y una vez se adentró en él ya le fue imposible salir. No supo o no quiso desandar lo andado. Y no salió del laberinto pese a que desde fuera hicieron lo indecible para ayudarlo. Ellos lo intentaron rescatar; mi madre y mis hermanos, todos los que siguen allí, entre Gran Canaria y Tenerife, al amparo, al cobijo de los volcanes dormidos, de los volcanes yacientes y del vehemente Atlántico, ese que nuestros poetas isleños han acunado a base de versos amelocotonados.  Nicolás desoyó y desistió; Nicolás se ladeó, se recostó y se venció. Quisieron asirlo entre todos, pero su dañada razón sufrió un vólvulo y se volvió sinrazón. Quejidos al viento, al fondo de las correntias y barrancos del interior de mi tierra. Mi madre y mis hermanos quisieron, pero no pudieron y él, el fiel escudero de su propio silencio, el cronista imperecedero de todos los aconteceres capitalinos, el Benítez Inglott de nuestra era se cuadró, faltaría más, y entregó su cuerpo y su alma a Dios. Y mientras todo esto sucedía y sucedió yo no intuí, ni por asomo, lo que iba a ocurrir. No vi llegar la tragedia, el drama. Hace ya muchos años que me fui de la isla; cambié el Atlántico por el Mediterráneo, el plátano por la naranja, el potaje de berros por la paella, y cerré la puerta al salir. Y al hacerlo dejé de percibir latidos que antes se unían a los míos. Y sus latidos, los de mi hermano Nicolás, no los sentí. Enorme pena la que me acompaña desde entonces.

Nicolás estuvo muy ligado a mi, desde siempre. Tres años nos separaban. Estudiamos juntos en el Corazón de María. Muchas fueron las tardes en las que lo esperaba para luego, tras su salida, recorrer juntos el camino a casa. Pasó el tiempo con los libros abiertos al batiente movimiento del viento, el recreo fue un mundo de carreras y patadas a un balón y casi sin darnos cuenta nos dimos de bruces con la vida militar. Allí arriba, en el cuartel de las Rehoyas vivimos años entre orden cerrado, educación física, ordenanzas y pista americana. Fueron años en donde nuestra juventud y fortaleza pareció no tener fin. Pero sí, si que tiene fin, todo lo tiene. Tras la ‘mili’ surgieron muchas más cosas; buenas unas, no tanto otras. Y llegó el momento en que me fui y al hacerlo dejé de oír no sólo sus latidos sino los de todos los demás. La memoria y los recuerdos llenan vacíos, ayudan a no olvidar pero no cubren lo esencial, no cubren el contacto piel con piel, ni pueden abrazar , ni amparar, ni proteger, y mucho menos pueden oír los latidos del corazón de una madre, de un hermano. Los SOS nunca te llegaran a tiempo,ni podrás vislumbrar, atisbar un quejido abisal que vaticina que algo no va bien, que algo está fallando, que el drama y la tragedia se aprestan a salir del escenario para cobrar vida.

A Nicolás hace años que le habían robado su infantil sonrisa. Se la sisaron entre Telde, Jinamar y la capital. Y quién pierde su sonrisa pierde un tercio de su alma. Y contra eso no hay asepsia posible. Malditos ladrones, bastardos e impíos. La celada urdida contra él surtió efecto y en el momento en que su ánimo se quebró lo demás llegó por inercia.

Nunca piensas que lo sucedido pueda pasar en tu familia. Te abstraes y evitas darte de bruces con la realidad que representa todo lo que rodea a la vida. Intentas no cruzarte con esa realidad por los pasillos de casa, por las callejuelas de la ciudad, por las esquinas olvidas, por los recovecos silentes y durmientes de tu propio ser. Tememos temernos a nosotros mismos, no queremos llegar a saber o descubrir en que hemisferio de nuestro cerebro está el cable dañado, ese que cortocircuitaria nuestra placa base. Evitamos seguir escudriñando más allá de lo que necesitamos saber por mucho que nos sigamos leyendo a los Clásicos o seamos un nauta más en la ‘Argos’ de Jasón. Ni él ni mil como él nos libraran de nuestros temores más ancestrales, esos que cohabitan con y en nosotros y que de tarde en tarde afloran, salen a la superficie y tras tomar forma nos sumen en mil dudas y cavilaciones.

No sentí sus arritmias, sus desacompasados latidos, no me percaté de sus llamadas de auxilio que lanzó al aire cuan globos sondas pero que jamás me llegaron por encontrarme tan lejos. No sentí nada. Y no sentir nada es lo peor que a un ser humano le puede pasar. Te sientes vacío, yermo, errático,…, aunque recibas el amor y el cariño de tus hijos a los que no puedes ni debes fallarles, ellos te necesitan, no pueden ver caer ni genuflexionarse a su padre. Jamás.

Aquella mañana del 24 de septiembre fue una mañana cismática, cayeron los pilares de la tierra, se abrió en canal el Guiniguada, el río de color púrpura, y un dolor inmenso, colosal, casi isquémico inundó todos nuestros corazones.

Ya no está con nosotros, ya no podremos sentir su trepidante respiración, ni su excelsa humanidad, ni sus extensos e intensos silencios, esos silencios que lo sumergían en un estado casi catatónico del que tan sólo él sabia entrar y salir. Ya no podremos disfrutar de su infantil y bondadosa mirada, ni de su entrega desinteresada para con el mundo entero si fuera menester. Acabó todo. Ya descansas en paz hermano; tú si lo haces; otros, aquellos y aquellas que un día te robaron la sonrisa y las ganas de vivir esos y esas nunca descansaran y llegado el momento rendirán cuenta tanto por sus acciones como por sus omisiones.

Y ahora silencio, de vuelta al recogimiento, a los pensamientos íntimos, a juguetear con la memoria y por ende con los recuerdos, benditos recuerdos, agradables recuerdos, lozanos recuerdos, añorado hermano.

                                                                                   DIEGO DE VICENTE FUENTE

MISLATA (VALENCIA) A 23 DE SEPTIEMBRE DE 2020