La Madre de las Niñas Mater

Hoy me he despertado con una noticia triste. Triste para mí y para otras tantas niñas, que no son pocas, ya que estoy hablando de las alumnas del Colegio Mater Salvatoris de Madrid, en el que éramos, aproximadamente, ciento cincuenta por curso. Todas nosotras, de generaciones distintas, nos hemos despertado con un WhatsApp o una llamada diciendo que la Madre Madurga ha fallecido.

La Madre Madurga ha sido el sello del Mater durante muchos años. La pregunta obligada cada vez que coincidías con antiguas alumnas: “Oye, ¿y sigue la Madre Madurga?”. A lo que siempre se respondía con una sonrisa: “Sí, ahí sigue”.

Cuando hacíamos algo digno de castigo según los profesores de las diferentes asignaturas, lo normal era castigarnos hasta las ocho además de una charla con la tutora. En el Mater era preferible que te mandaran al despacho de la Directora, pues siempre salías con una sonrisa y una reflexión que ocupaba parte de tu tiempo. A está curiosa anécdota he de sumar dos de los misterios que toda niña Mater ha vivido: la edad de la Madre y el inspector, ese supuesto inspector que hacía que recogiésemos la clase, los armarios, que no hubiese ni un solo papel en el suelo, que las baldas estuviesen recogidas y cada alumna respetando su espacio. Estos dos misterios serán eternos.

La Madre Madurga estuvo siempre ahí para ayudarme, no solo en el plano académico, sino también en el personal. Hoy soy consciente de la atención que me prestó cuando más lo necesitaba haciendo así que me enfrentase a ciertas situaciones sacando siempre el lado positivo y creciendo ante todas y cada una de ellas. Contribuyó, junto con mis padres a hacerme fuerte ante cualquier problema y es por ello que le estaré eternamente agradecida.

Querida Madre Madurga, allá dónde estés estoy segura de que te habrán recibido con los brazos abiertos y con la misma sonrisa que tú nos regalabas siempre. Gracias por tanto.

Fdo: Adela Rosety. 1993

Algunas alumnas de distintos cursos también le han dedicado unas últimas palabras a este icono del Colegio Mater Salvatoris, la Madre Madurga:

Cristina Alonso. 1994 – Madre Madurga..aquella persona con la podías contar en cualquier momento sin tener que esperar nada a cambio y siempre con una sonrisa. Ojalá hubiera podido disfrutar más de ti, de tu sabiduría, de tu fé, de cómo tratabas al prójimo. Fuiste de las mejores cosas que me llevé del Mater.


Qué dichosa es la vida, cada vez veo más claro como te puede cambiar en cuestión de milésimas de segundo. Hace no más de un mes, estaba con una de mis mejores amigas y nos encontramos a unas compañeras del Mater, hablando del colegio lo primero que nos vino a la cabeza a mi amiga y a mi fue: En cuanto podamos en este mes vamos a darle una sorpresa a la Madre Madurga que le va a hacer mucha ilusión. Ahora ya, no podemos ir a verte y disfrutar una vez más de ti. Pero lo que sí está claro, es que cuando pase todo lo que estamos viviendo, iremos a la misa que se haga por ti, Madre.

La mejor directora con la que uno puede contar; imprescindible, inigualable, cariñosa, generosa y risueña. Gracias una vez más por haber sido la directora todos estos años del Mater Salvatoris. Ahora es el momento que descanses y nos cuides a todos desde ahí arriba.

Veronica Diaz de Bustamante. Madre de Alumna – Querida madre Madurga

Ahora que ya gozas de la Luz y habrás desvelado “el misterio” , te dedicó estas humildes palabras que confío lleguen a ti de alguna forma .
Quiero agradecerte de corazón el calor e interés con el que admitiste en el Mater a Violeta oliva y Vera ,mis tres hijas ,que venían de un ambiente muy diferente.

Agradecerte haber transmitido una fé profunda , alegre y solidaria, así como unos valores de superación ,fuerza de voluntad , esfuerzo y un nivel muy alto de aprendizaje.

Tu energía ,tu Amor y tu entrega se respiraba por todos los rincones del colegio.

Agradezco infinito tu comprensión ,tu inteligencia y la empatía que me transmitías cada vez que estábamos juntas charlando….incluso nos cogíamos de la mano como si se tratara de una comunión de Almas…sin importarte que tuviera el pelo rojo y un aire más bohemio del que solían tener las demás madres del colegio ..

Tu presencia y tu energía permanecerán para siempre en los corazones de miles de familias y el de todas esas mujeres buenas y fuertes que has forjado con tu Amor.

Gracias madre Madurga
Descansa en Paz

Pilar Acero-Riesgo Terol. 1965 – Hoy 2 de abril de 2020 nuestra querida Madre Madurga se ha ido al cielo.
Una mujer admirable,
por su entrega, cariño y dedicación y sobre todo por ser tan buena persona.
Orgullosa de haber sido alumna del colegio Mater Salvatoris, al que elegí también para mis hijas.
Siempre estará entre nosotros.
Descanse en paz, querida Madre.

Mónica Martínez. 1991 – Un ángel que ha vuelto al cielo.
La mejor persona que he conocido. Entregada, leal, honesta, firme, puro amor. La enseñanza su don y su debilidad. Gracias a ti somos quienes somos ahora.
Gracias por entregarte a todas nosotras, por no dar por “perdida” a ninguna alumna. Gracias por todo el tiempo que has invertido en cada una de nosotras. Y gracias por ser una inspiración. Pero sobre todo gracias por cuidarnos como a tus nietas y en especial por cuidar a toda mi familia.

Lucía Luengo. Año 1991 – Gracias querida Madre Madurga por todos los valores que nos inculcaste durante nuestros años en el colegio, gracias por enseñarnos a ser mejores personas y a valorar lo que tenemos. ¡No te olvidamos!

Maite Nadal. 1974 – Recordar el Mater es recordar algunos de los mejores años de mi vida, y por supuesto, Mater es igual a Madre Madurga, porque el colegio hubiera sido completamente diferente sin ella, sin su trabajo continuo y su atención a todas las niñas que allí estábamos. Cómo era capaz de acordarse no solo de todos nuestros nombres sino de nuestros problemas o situaciones familiares, es algo, que muchos años ( muchos) después de dejar el Mater sigo preguntándome.
Siempre la recordaré, tan menuda, a paso ligero de un lado a otro, recorriendo pasillos y subiendo y bajando escaleras con su inseparable Madre Sanz.
Yo estuve interna en el Mater Salvatoris, y eso hace que puedas compartir mucho más tiempo y conocer más a quienes te cuidan y te educan, ahora veo lo afortunada que fui.
Años después de dejar el colegio, cuando la veía le daba las gracias, y ella, me cogía del brazo y sonreía, como quitándole importancia, y me decía que el mayor agradecimiento es que mis hijas fueran algún día al Mater.
Hoy comentándolo con otra alumna de Mater ( nunca somos exalumnas), cuando yo le decía que había que rezar por ella, me contestó : “ es ella la que seguro está rezando por ti”. Así es la Madre Madurga, así la recordaré. GRACIAS, Madre.

Sofía Moral Palop. 1993 – Creo que todas las generaciones que hemos tenido el privilegio de conocer a la madre Madurga hemos escuchado antes de salir de excursión la historia de la familia “que esta durante todo el año sin hacer ninguna excursión pero cuando la hacen lo hacen bien”, por eso cuando acabemos con la cuarentena, la gran familia del mater podrá hacer su gran excursión para dar gracias por haberla tenido.

Isabel Domecq. 1993 – Hoy nuestra querida Madre Madurga nos mira ya desde el cielo, para seguir cuidándonos, queriéndonos y guiándonos como siempre para que seamos y lleguemos a ser las grandes mujeres, profesionales, madres, hermanas, hijas, nietas y amigas que ella nos inspiró y guió durante toda nuestra vida en el Mater Salvatoris. Gracias Madre por tanto, gracias porque somos quienes somos gracias a ti en gran medida y gracias a que has llevado el timón de este gran colegio de la mano de la Virgen Mater Salvatoris! Gracias a eso, has imprimado en nuestros corazones unos valores y un carácter que hace que las niñas Mater Salvatoris resaltemos en nuestro día a día ya fuera del cole! Gracias, gracias, gracias y muchas veces gracias!! Te queríamos y te queremos!! A.M.G.D

Patricia y Marta Abad. 1993 y 1995 – Queridísima Madre Madurga, Alma del Colegio Mater Salvatoris.
Aquella persona con la que podías contar con ella en cualquier momento sin esperar nada a cambio, siempre con su gran sonrisa y amabilidad hacia cualquier persona del mundo.
Madre admirable y ejemplo a seguir en todos los sentidos… entregada a Dios y a todas las personas que formaban el Mater Salvatoris. La mejor directora que ha podido tener cualquier niña del colegio y con la que hemos podido vivir y compartir millones de cosas bonitas con ella.
Muy orgullosas de haber formado parte del Colegio Mater Salvatoris, al que elegiremos para llevar a nuestras hijas gracias a su devoción.
Gracias por tanto Madre, te queremos mucho.

Mini Gómez Pavón Laorden. 1990 – Tengo que confesarle , que la primera vez que llegue a su colegio , me asuste un poco , nunca había formado parte de una institución donde hubiera tanta disciplina y formalidad  , todas en el pasillo en fila , uniformes perfectos , pasilleras poniendo orden… Literalmente parecía un cuartel militar … yo estaba muerta del miedo , hasta que apareció una luz al final del pasillo que lo ilumino todo… Esa luz era usted , simplemente con verla caminar con pasos firmes pero seguros , con esa humildad y tanto amor reflejado en sus ojos me hizo sentir que el mater era mi casa y, hasta ahora, doce años después sigo presumiendo orgullosa que me gradué de bachillerato en el Mater y que la Madre Madurga fue mi directora.

DIVINAS PALABRAS (Antonio de Armas de la Nuez)

Gran Canaria ya no se despierta igual. Desde el pasado septiembre mi isla, mi tierra llora en recogido y doliente silencio la pérdida de uno de sus hijos, la pérdida de mi hermano Nicolás. Gran Canaria, al igual que mi madre, ya no son las mismas desde entonces. Nada volverá a ser igual. Sólo queda seguir, caminar, recordar, reír, llorar, mirar fotos perdiéndote durante unos instantes en tus oquedades emocionales para luego volver a salir a la superficie y continuar con tu vida y la de los tuyos. Hasta hoy había perdido el gusto y la pasión, sobre todo la pasión, por escribir. Nada me animaba a hacerlo, nada me incitaba a verter sobre esta cuartilla palabras que formasen frases. Nada hasta hoy.  Vuelvo a escribir.

En estos tiempos, donde pasar del afecto al desafecto se ve como normal, en estos tiempos donde filias y fobias viven en perenne confrontación, donde pernoctan en el mismo habitáculo la estulticia y la emponzoñada maldad, es en estos tiempos   donde resulta sumamente difícil y llamativo encontrar a personas dotadas de una sin par virtud: la de la bondad sin límites.

Antonio de Armas de la Nuez forma parte de ese granado elenco de personas que hacen de su vida virtud. Hombre pausado, sereno, orador versado que ha disertado y ha contado la historia y la intrahistoria de la U.D. Las Palmas, el equipo representativo de la isla de Gran Canaria. Poseedor de un léxico profuso que le fluye con una naturalidad innata. Nada deja al azar, todo lo esquematiza y a partir de ahí nos edifica la obra desde abajo, desde los sótanos , desde las catacumbas del saber. Ya no quedan casi lectores de los Clásicos, de los padres de la literatura. Ya no quedan seguidores y mucho menos continuadores de la obra de Clío, la musa de la historia y de la poesía épica. La hidra de las siete cabezas los devoró a todos cercenando toda esperanza de conocimiento y aprendizaje. El nuevo mundo trajo consigo el autismo tecnológico, ese que te muestra a las gentes con la cabezas agachadas sumergidos en su móviles, smartphones o tablets.

Antonio es y representa otra cosa. No es un personaje ignoto y mucho menos no es una persona ajena. Él es parte de forma inexcusable de nuestro acerbo cultural, su amplia y vasta cultura que va desde el conocimiento de los Clásicos, pasando por la señorial literatura inglesa a la que estudió, conoció y tradujo in situ hasta la compilación y difusión a través de la grafía y el verbo de todo lo concerniente al club que le hacen una persona de un valor incalculable dentro de nuestra actual sociedad.

Hace poco recibió de manos del actual Presidente de la Udé, Miguel Ángel Ramírez, la insignia de Oro y Brillantes de la entidad del que es consejero. Merecidísimo galardón a quien desde su más tierna infancia y de la mano de su padre, el reputado médico Valentín de Armas, conoció las entrañas del club amarillo. La inveterada historia de la entidad grancanaria le debe mucho a Antonio y eso pese a quien le pese que siempre hay personajes maledicentes y henchidos de soberbia, tanta que a la hora de pasar revista a sus defectos lo hacen a caballo y no a pie, y que parapetados en sus múltiples miserias intentan horadar a los Cicerones de la historia, a aquellas personas de bien que transitan por la vida sin levantar la voz cuando hablan ni el polvo cuando caminan.

Antonio diserta, declama, exhorta a los ávidos asistentes a sus conferencias. Su voz tenue, envolvente y almibarada seducen y atrapan por igual. Antonio expone, desgrana, hilvana y a través de un bien definido hilo conductor nos adentra en las una y mil historias que aderezan el corazón y el alma de la nave amarilla. Nadie mejor que él para contarnos los aconteceres que se dieron y aún se dan entorno a la Udé. Nadie mejor que él para envolvernos con cientos de anécdotas que por un lado le transmitieron y por el otro las vivió él en primera persona. Nadie como él para coger el micrófono y llévanos en volandas desde el nacimiento del club, fecha coincidente con su venida a este mundo, hasta los albores de nuestros días. Nadie como él.

Los latidos de la Udé no tienen sentido sin el arduo e impagable trabajo de Antonio y los que estuvieron con él. Hubo momentos en las que históricamente esta entidad estuvo infartada. Tuvo que utilizar el desfibrilador para reanimarla y para ello utilizó la cronología y la añoranza que reactivaron al enfermo. Hubo un tiempo en que trofeos, actas, fichas…se apiñaron en el limbo del siempre osado desconocimiento; se tuvo que buscar, compilar, revisar, comprobar que lo que realmente se tenía entre las manos eran las casi tumefactas vísceras de la entidad. Antonio no es médico pero ejerció como tal y pese a su desconocimiento de la profesión en su vertiente académica supo a través de la deontología metafórica ayudar a reanimar al moribundo. No todos lo saben y mucho menos no todos lo valoran en su justa medida.

Atrás queda el tiempo de los partidos en el añorado vetusto recinto de Ciudad Jardín, las excelsas tardes de aquellos equipos que lideraban inolvidables jugadores que perduran y perduraran en el imaginero popular. Atrás quedan los coches sobre las aceras en las zonas anexas al estadio Insular en los días de partido, atrás queda la grada Naciente y la grada de Fedora, la tribuna, las minúsculas e incomodas cabinas de retransmisión, el penalti que falló Felix en una semifinal de Copa del Rey frente al Barcelona, atrás queda subir por la ladera hasta llegar a aquella casa roja que daba cobijo y acomodo a las arenas, sólo se veía medio campo pero aquello unido a la radio era más que suficiente para sentirse dentro del estadio. Atrás queda la antigua sede institucional de Pio XII como antes lo fuera la de la calle Luis Antunez. Atrás queda la fusión de los equipos más representativos de la isla para gestar y parir a la Udé, las reuniones en el Club Náutico, el debut en categoría nacional, las fases de ascenso, la enfermedad y muerte de Guedes, de Tonono, la época de los argentinos, la llegada y marcha de jugadores sudamericanos y nacionales mediocres tirando a malos. Atrás queda eso y mucho más. Ahora toca seguir caminando, construyendo el presente para recibir a un mejor futuro, y en ello debe de seguir perseverando Antonio, nuestro contador de historias, nuestro aedo imperecedero, nuestro poeta isleño. Lástima que la distancia nos separe aunque la literatura y la historia nos una.   

DIEGO DE VICENTE FUENTE

Último programa de Gaspar

En 1999 Gaspar finalizó su etapa en Radio Voz, pero tras su vuelta a la Cope y Onda Cero, regresó a las ondas por medio de una pequeña emisora de ámbito nacional en la que volvió a hacer su programa “Juego Limpio” y liderar un equipo de periodistas jóvenes junto con sus inseparables Julio Menayo y Antonio Domingo Muñoz.

Por diversas circunstancias, Gaspar decidió abandonar el proyecto y realizó su último programa, del que ponemos a vuestra disposición la parte final de despedida, que a la postre fue su último programa en la radio. Posteriormente iniciaría una nueva etapa alejada de las ondas en la que ocupó puestos de relevancia en el Real Madrid, en la RFEF, así como diversos proyectos de carácter docente en la Universidad Europea de Madrid. En 2013 recibió la “Antena de Oro”.

Último programa de Gaspar en Radio Voz

Hemos puesto a vuestra disposición el último programa de “Juego Limpio” que Gaspar realizó en Radio Voz, el 5 de septiembre de 1999, donde recuerda los mejores momentos de esta etapa.

Gaspar Rosety comenzó su andadura en Radio Voz en 1996 para ser el jefe de deportes .
Gaspar decía en su biografía “Era una apuesta tan complicada como apasionante. Pude formar un equipo muy joven y con mucha ilusión, con una excelente formación y con gran calidad en la mayoría de los casos. Fueron dos años muy felices y conseguimos unos resultados excelentes para la empresa. Aprendí muchísimo en tareas de gestión y en la responsabilidad de dirigir un grupo humano. Recuerdo el trabajo brillantísimo de todo el equipo en el que destacó de forma especial Antonio Domingo Muñoz, recién salido de la Facultad de Periodismo de la Universidad de Navarra y, con él, José Luis Corrochano, Arancha Rodríguez y Miguel Ángel Méndez, que aportaron frescura, juventud, dinamismo y visión de futuro a nuestro periodismo y que hoy triunfan en sus empresas, Javier Lunaro, un loco de la radio al que fichamos de Radio Andorra con un talento extraordinario, a Carlos González, que siempre narraba en versión original, Juan Manuel Merino, nuestro “Cuervo Ingenuo”… A todos. Y, por supuesto, a Julio Menayo, un técnico de sonido insuperable e insuperado.”.

Su programa se denominó “Juego Limpio” y presentó una oferta informativa diferente, basada en la defensa de un periodismo limpio, investigador, respetuoso y conciliador, muy alejado del mundo del que procedía. Radio Voz se hizo un hueco entre las grandes cadenas y se ganó el respeto de todo el mundo.

En 1999, ante la compra de Radio Voz por Onda Cero, realiza su último programa. Posteriormente, tras una segunda etapa en la Cope y otra temporada en Onda Cero como jefe de retransmisiones deportivas, volvería a hacer su programa “Juego Limpio” en SomosRadio, que también se emitía en Radio Voz.

Recordando a mi hermano Nicolás” de Diego de Vicente

Nicolás

Ha llegado la noche literaria, la noche aterida y atenazada, la maldita y bastarda noche de escribir con el corazón y el alma henchidas de dolor, rabia y pena. No son letras lo que ven, son lágrimas que caen de mis mejillas y se vuelven palabras que apenas pueden expresar y, aún menos, trasmitir como me siento y cuan pequeño soy.

Nicolás, mi hermano Nicolás se ha ido, harto de vivir sin vivir, de sentir sin sentir, de llorar sin llorar. Nicolás, mi hermano Nicolás, nunca fue feliz, no le dejaron serlo, entre los unos y los otros destrozaron, hasta hacerlo jirones, a un niño grande que siempre rebozó bondad; una bondad que le emanaba a borbotones, a raudales por todos los poros de su piel. Él era el más bondadoso de todos, el que nunca miraba la hora si de arrimar el hombro se trataba, el de las largas y pausadas tardes en Triana, la calle de las miradas perdidas, la calle de los encuentros y desencuentros, la calle de la historia perenne e inmemorial.

Nicolás siempre estará sentado en alguno de sus bancos, con la vista extraviada y sumergido en su mundo interior, ese que día a día lo iba consumiendo, y lo que es peor, lo iba venciendo irremediablemente. Y no será figura de bronce, ni etéreo ni hiel, será recuerdo y miel. No hubo renuncias, ni huidas hacia adelante, ni tan siquiera falta a lista, sólo hubo hartazgo, mucho hartazgo.

Me cuesta, me duele escribir. Tengo que ir parando, tengo que resoplar y vuelta a empezar, de nuevo a la casilla de salida. ‘Déjà vu’, eso ya lo he vivido y revivido hasta entrar en los intrínsecos campos de la locura, allí donde no existe asepsia alguna, allí donde el umbral del dolor alcanza parámetros inimaginables. Allí donde Dios dejó de ser Dios para fallarnos y fallarse a si mismo. No hay cura para su ausencia, ni consuelo, ni hostias, no hay nada; sólo vacío, preguntas sin respuestas, silencios rotos, lágrimas que caen de forma intermitente por mis mejillas mientras mi hija Vega, de 3 añitos, me pregunta mientras me mira si lloro por mi hermano Nicolás que está malito. ¿ Y qué responder a la inocencia?. La nada por la nada, la maldita y famélica Muerte, la prostituta de la Vida, esa que se ofrece, que se da, que se insinúa a cambio de robarnos el tiempo y las ilusiones mundanas. ¡Maldita!, mil veces maldita, odiosa y repelente serpiente policéfala, Hidra malvada que te anudaste al cuello de mi hermano desvalido y enfermo de pena para apretar hasta asfixiar. Muerte, empática del sufrimiento y el dolor ajeno.

¿ Y ahora qué hermano?, ¿ qué hacemos?, ¿cómo nos levantamos del batacazo?.

Desearía retroceder el tiempo, ser ubicuo y asirte de la mano para elevarte de abajo hacia arriba trazando un hermosísimo e inolvidable vuelo sin motor. Y tras ello reírnos a mandíbula batiente de todo y de todos.

¡Ay Nicolás, mi, nuestro Nicolás!, no puedo levantarme, aún no hermano, todo demasiado cercano, demasiado fresco, demasiado profundo y profuso.

Me aferro a los recuerdos, a nuestros recuerdos. La algarabía de nuestra casa, los juegos, las risas, los llantos, cuando te esperaba a que salieras del Claret para irnos juntos a casa, los partidos de chapas, los prestamos que me hacías, tu llegada a la Policía Militar 113 donde te acuné y te protegí con todo el cariño que un hermano puede dar. Luego volaste solo, y bien que lo hiciste. Querido y respetado por superiores y subordinados. Nadie puede decir nada malo de ti, nadie.

Tras salir del ejército comenzó tu viaje a los infiernos, las sombras se hicieron más grandes y las luces se fueron apagando. Regresaste a casa de mamá y ella te acogió dichosa y gustosa. ¡‘Colacho’ ha vuelto a casa! exclamó. Para entonces yo ya me había ido a Valencia donde formé familia y asenté mis dominios. Me fui sin terminar de marcharme del todo, nunca lo hice. Lo juro.

¿Y qué decir de mamá?, ¿qué más que ya no se sepa? La madre que entierra al hijo, la madre que poco dada a exteriorizar sus afectos se rompe y se desgarra por dentro queriendo aparentar que todo está bien y que nada sucede sin un porqué. La madre hipertensa que como un furibundo volcán expulsa a borbotones la lava que la quema y la correo las entrañas. La madre que se vació, que se dio hasta la extenuación por recuperar a su hijo, la madre que se plantó delante de la vida y sin dejar de mirarla a la cara le espetó, le gritó, le vociferó : “ a mi hijo, déjalo de una puñetera vez, ser feliz”. La madre y el hijo, siempre en comunión, siempre buscándose, nunca desorientados ni perdidos. La cuna, el capazo, los pañales,…La obra perfecta, el advenimiento, el traspaso de poderes; en definitiva, el milagro de la vida.

Mi hermano Nicolás se movía entre monosílabos, no era de frases largas; muchas veces inexpresivo, sin mostrar ni mostrarse. Agazapado y mimetizado en sus largos y prolongados silencios hacia de ellos su ‘modus vivendi’. Hizo de esos silencios su coraza, su escudo protector, su laberinto cretense y fue ese mismo laberinto el que se apoderó de su atormentada y doliente mente para doblegarlo y vencerlo. Paz para los caídos en combate, porque lo que tengo claro es que mi hermano luchó hasta los límites de lo humano por salir de la oscuridad.

Perdóname si alguna vez no supe llegar a ti, o no supe darte lo que necesitabas. Perdóname por no parar tu caída, ni tan siquiera intuirla. TE QUIERO, TE QUEREMOS HERMANO. D.E.P.

DIEGO DE VICENTE FUENTE

Austria de Viena 2 – Real Madrid 2

El 6 de abril de 1983 se disputaba este encuentro de semifinales de la Recopa de Europa. El partido fue narrado por Gaspar Rosety en Antena 3 Radio, con la dirección de José María García, y los comentarios de José Antonio Camacho. Puedes escuchar un resumen del encuentro con los tres primero goles y los momentos más importantes. Los goles del Real Madrid fueron de Santillana y San José.

Buscad la belleza…

Sería a principios de los ochenta cuando, una tarde, reconocí su voz en la única emisora (Radio 3) que respetaba la integridad de las canciones: “¡Pero si este es el que narra el 5 Naciones!”. En este mes coinciden las fases finales del Mundial de Baloncesto y el inicio del Mundial de Rugby, dos de las grandes pasiones, junto con la música, de este periodista irrepetible llamado Ramón Trecet.

Aunque en mi memoria los primeros recuerdos del baloncesto están ligados a la voz de Héctor Quiroga (Trecet llegaría con la NBA a TVE bastante más tarde, con el mítico programa Cerca de las estrellas), Ramón me aficionó definitivamente a aquella Gales que manejaba Jonathan Davies como apertura del Quince del Dragón: te daba un máster de cada faceta del juego, su respeto por el rugby, su narración plagada de anécdotas, con un ritmo endiablado pocas veces visto en la tele pública, te metía en los partidos como ningún otro era capaz de hacerlo.

Pero lo mejor de él lo encontrabas en la radio: en Diálogos con la música, renombrado tiempo después como Diálogos 3, te descubría nuevas músicas en cada programa: desde Kepa Junkera o Phil Cunningham a Kroke y Loorena McKennitt, pasando por Sean Keane o Dulce Pontes, la variedad y calidad de todo cuanto ponía te podría gustar más o menos, pero jamás te dejaba indiferente; con qué entusiasmo nos hablaba, al regreso de alguna retransmisión de baloncesto, de grupos o intérpretes que había encontrado (Eleftheria Arvanitaki, Haris Alexiou…, aquellas maravillosas griegas a las que dedicó varios días de programación). Aunque dejó la radio hace años, Ramón Trecet sigue activo en túiter, hablando de deporte, música… o de Inteligencia Artificial, demostrándonos a sus 76 años que sigue siendo más joven que muchos de nosotros.

Decía Juan Luis Arsuaga en una reciente entrevista que “la vida no puede ser trabajar toda la semana e ir el sábado al supermercado”; el deporte, la literatura, la música, la cultura en una palabra, es lo que nos hace humanos. O en palabras de Ramón, siempre desde su particular punto de vista y con las que despedía su programa: “Buscad la belleza, es la única protesta que merece la pena en este asqueroso mundo”.

Alfredo Plaza

“Querido Maestro” por Marta Baltar

Querido Maestro:

Marta Baltar Gastardi

Te habla una aprendiz, una alumna, una amiga…

El 6 de marzo callaste todas las emisoras con la triste noticia de que tu voz, la voz de la radio deportiva española se había ido… había decidido apagarse para irse lejos, muy lejos.

En ese momento el periodismo y la radio empezaron a llorar por tu ausencia pero siempre recordando tus mejores momentos y tus experiencias vividas en este maravilloso lugar llamado mundo. Porque si alguien era capaz de hablar del mundo ese eras tú. Qué de historias, cuántas experiencias y cuántas anécdotas…

Era pronto para que te marchases, mucha gente quería aprender de ti al igual que mis compañeros y yo tuvimos la oportunidad. Porque ahora… ¿Qué será de una clase de radio deportiva o de periodismo deportivo sin el gran Gaspar Rosety?, ese al que veías entrar por la puerta con rostro serio, su móvil y siempre, con dos botellines de agua. En ese momento no éramos capaces de decir ni “mú” pero luego terminaba siendo todo lo contrario.

Ahora no será tu voz la que cuente esas anécdotas con las que tanto y tanto disfrutabas y nos hiciste disfrutar a nosotros.

Querido Maestro, escribo esta carta con un dolor terrible porque te has marchado pronto y porque todavía me quedaban y nos quedaban muchas cosas que aprender de ti.

Querido Maestro, nunca dejes de enseñar desde ahí arriba porque lo haces maravillosamente bien. Muchas veces me preguntabas: “Marta, ¿has aprendido con la clase de hoy?” y mi respuesta era rápida y además apoyada con fundamentos que te demostraban que realmente había aprendido.

Querido Maestro, no te haces una idea de cuantísimo aprendí y no solo de periodismo deportivo. Cumpliste tu objetivo como me dijiste en un par de ocasiones… también aprendí de la vida.

Y sí, eras buena persona y eso entre otras cosas te convirtió en un gran profesional. Y he tenido mucha suerte porque como repetías con esa gran voz (que como bien orgulloso contabas, heredaste de tu padre), “eras el amigo con mayores experiencias vividas que pude tener”.

Pero nuestra relación y la relación con casi todos tus alumnos no solo quedaba entre cuatro paredes de un aula de esta universidad… no eras de los que impartía su asignatura y se marchaba y hasta el próximo jueves no volvías a saber de él.

Que va, tu teléfono siempre estaba disponible para mi o para nosotros. Daba igual que día de la semana fuese y que problema hubiese que si de Gaspar Rosety dependía eso siempre iba a tener solución.

Gracias por haberme enseñado otras caras del periodismo que no conocía. Gracias a ti y a tu gran amigo Luis, por haberme enseñado a adorar la radio. En parte que quiera vivir de la radio y que me haya enamorado locamente de esos micrófonos desde los que se habla y cada oyente se imagina tu cara, es culpa tuya.

Gracias por todas esas palabras de apoyo y de cariño, gracias por haber confiado siempre en mi y por querer hacerme creer que si seguía adelante como lo hago iba a llegar lejos. Esas palabras dan mucha fuerza viniendo de un gran profesional como eres y hablo en presente porque para los que te recordamos no te has ido y nunca te irás. Siempre siempre, seguirás vivo en nuestra memoria y en nuestros corazones.

Querido Maestro, llega el momento de desearte que descanses en paz y de decirte que cuides de tu familia. Cuida de tu mujer y de tus maravillosas hijas que por fortuna son mis amigas y por eso te prometo que yo también cuidaré de ellas.

Querido Maestro, solo tengo palabras de agradecimiento. Gracias por tanto, de verdad. Te prometo que aunque no estés para enseñarme o enseñarnos seguiremos aprendiendo y creciendo. Te prometo que conseguiré quitarme el acento gaditano y pronunciando todas las “s” detrás de los micrófonos pero como decías con la condición de que cuando salga del estudio siga teniendo este acento andaluz que tan natural te parecía.

Gracias Maestro, el cielo gana una gran persona y un gran periodista. Gracias por tus oportunidades, por las puertas que nos has abierto y que siempre se han aprovechado. Sigue narrando partidos y cantando goles desde arriba porque nadie mejor que tú podrá hacerlo. Hazles disfrutar de ti como nos has hecho a los que hemos tenido la suerte de coincidir contigo en la vida.

Querido Maestro, descansa en paz.

Con todo el cariño del mundo; Marta, para ti “la de Cádiz”.

Impresionante narración en Antena 3 Radio del Spartak de Moscú – Valencia

Gaspar Rosety narró el partido de octavos de final de la Copa de la UEFA entre el Spartak de Moscú contra el Valencia para Antena 3 Radio. El partido se celebró el 24 de noviembre de 1982 y acabó con empate a 0.

Como curiosidad, el partido lo narró íntegramente un jovencísimo Gaspar, sin conductor, periodistas a pie de campo o comentaristas. La narración del partido tiene únicamente la voz de Rosety de principio a fin, que se detiene únicamente en las pausas para publicidad, demostrando su gran torrente de voz y maestría radiofónica.